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lunes, 8 de febrero de 2010

ESCUELA PUBLICA

A mi entender, la existencia de un sistema bicéfalo de la enseñanza sostenida con fondos públicos acrecienta los problemas que atañen hoy a la Escuela Pública, a la imagen que de ella se proyecta y que asumen como real la mayoría de los ciudadanos. Esta bicefalia la considero fruto de una situación histórica y de una falta de coraje político que impidió acometer la necesaria distinción y apuesta por un sistema público, y de titularidad pública de los centros. Por lo público entiendo aquello que es de todos y a todos sirve, aquello que se apoya en valores ampliamente compartidos, que se sostiene con el esfuerzo de todos y que está destinado a la generación de bienes para que sean disfrutados también por todos. No dudo que la amplitud de esta apresurada definición puede acarrearnos algunos problemas pero también gracias a ella podremos abordar el asunto de manera amplia y, así lo intentaremos, desprejuiciada. Según lo dicho la Escuela pública sería aquella que, sostenida con fondos públicos, y controlada públicamente, asumiera en su seno la pluralidad social, que compensara desigualdades, que estuviera gestionada democráticamente, que proyectara a través de su práctica la formación de un ciudadano libre, crítico, comprometido y solidario. Una escuela laica, respetuosa con las diferentes creencias o descreencias pero ajena a las prácticas doctrinarias, y que sirviera de articuladora social en torno a un conjunto de valores cívicos ampliamente compartidos.

En consonancia con lo dicho asistimos a un deterioro de la Escuela Pública frente a la Privada, apareciendo ésta como algo más en consonancia con el sistema de valores que sustenta el marco social actual y quedando relegada la primera a unas funciones de asistencia social. Incluso la caracterización de la Escuela Pública como un espacio más democrático y menos disciplinario, más público, en definitiva, creo que la convierte en algo no deseable, algo de menos valor frente a otros marcos elaborados a la medida, excluyentes de ciertas contaminaciones y que situamos en la Escuela Privada. No es que este en contra de la Escuela Privada, lo que estoy en contra es de la concertada, donde el mantenimiento de los centros y los profesores se pagan del erario publico en detrimento de la escuela publica, es decir con nuestros impuestos. Quien quiera llevar a sus hijos a la escuela privada, que se lo page, ese dinero que recibe los centros concertados, revertiría en los públicos con lo que mejoraría dotacionalmente.