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lunes, 12 de julio de 2010

“Panem et circenses”

A este país no se le puede dejar a su caer. Pues su caer es el estrépito, la zafiedad, la bravuconería, la baladronada, la chulería y el avasallamiento de unos sobre otros que se callan por no hablar y porque sólo aspiran a que les dejen vivir tranquilos. Y ese “caer” no sólo se nota en la calle y en los bares y en el vecindario. Donde más apabulla es en la prensa y en la televisión. Si cualquier nimiedad los medios (y principalmente las televisiones priva­das) la convierten en acontecimiento, y comprimen como una cabeza de jíbaro los acon­tecimientos (como es la manifestación por Catalunya del sábado, por ejemplo), ¿qué decir de este éxito en Sudáfrica convertido en “circo para el pueblo”?. Por cierto ¿van a repartir estos chicos los millones que han ganado en el Mundial, con los de las camisetas, los de las banderas y los de los pitidos? Porque con nosotros no.
Que cada vez que vemos una escena futbolera nos recuerdan que de ese equipo que ha ganado, siete son jugadores catalanes. Manda huebos... Y otra, que resulta repugnante tanta desmesura en un hecho cuyos principales flecos están ligados a la publicidad comercial, que es la que gobierna verdaderamente gran parte de la política y toda la psicología nacional. Ella lo justifica todo, y cualquier demasía es explicada a través de ella y por su imperio. “Perdone que le corte su discurso cada vez que abre usted la boca, pero es que vamos a publicidad…”. Esta es una de las mundialmente famosas monsergas televisivas nacionales en este país capitalista donde los haya... ¿Habrá en la historia de los pueblos del mundo otro más majadero que ése que quieren los que quieren hacer patria? Estos españoles son campeones en todo. En todo menos en prudencia, en delicadeza y en el respeto a los de más. Y si no res petan ni a los suyos, ¿cómo creemos que respetarán a los soberanistas catalanes o a los vascos.
“Panem et circenses” que bien podría transformarse en “pan y fútbol” o “el opio del pueblo”, pero es cierto que con la que está cayendo actualmente en España (perdón, en “La Roja”) con casi 5 millones de parados, con desahucios por doquier y aumentando a un ritmo galopante el umbral de la pobreza debido a la crisis capitalista, afirmar el término “pan” con total seguridad es igual muy arriesgado a la par que triste.
Que nadie se sorprenda, se está utilizando la actuación de España en el Mundial como una cortina de humo perfecta para desviar la atención hacia los problemas reales (casi 5 millones de parados es algo que casi se ha olvidado ya…). Antes lo maquillaban con “terrorismo”, ahora lo tienen más fácil, bombardeo de furor futbolero aliñado con goles y españolismo.