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domingo, 10 de octubre de 2010

PRENSA RESPONSABLE O DORIS

La libertad de prensa es la que fortalece nuestra democracia a través de una sociedad bien informada; la valentía, honestidad y vocación de servicio, son las bases de un periodismo ético tenaz y agudo, como también un ejercicio de poder responsable, eficaz de servicio a la gente. Autocrítica., Capacidad de mirarse a sí mismo con rigor: sin egos, vanidades o actitudes contemplativas. En las salas de redacción y departamentos de noticias, el vértigo, el apuro, la presión, el miedo al ‘golpe’ de la competencia, la obsesión por el raiting y la hora de cierre han ganado espacio al imprescindible ejercicio de detenerse a pensar en lo que se hace, en para qué se lo hace. El tema no es a quién se debe cubrir y a quién no. El tema es cómo hacerlo. Y pocos periodistas se preguntan cómo cumplir con su responsabilidad de mostrar al público que los hechos no son aislados, que todo evento o suceso -por inocente o inconexo que pudiera parecer- tiene antecedentes y consecuentes, que cada noticia relevante, para entenderla en su dimensión, debe ir acompañada de aportes analíticos, contextos y referencias. La cuestión está en una prensa que se esfuerza para ayudar a que los ciudadanos maduren políticamente, a que la gente cuente con mayores elementos de juicio y tome las decisiones adecuadas para su futuro y el futuro del país. Hablamos de un periodismo responsable que no excluya ningún tema ni personaje. Pero que sea capaz de profundizar, contextualizar y mostrar al público los porqués, los cómo y los para qué de esos temas y personajes.
Doris ha sido una periodista que conocí unos años atrás, ha sido una de las pocos periodista que conozco con una ética intachable, con una visión critica de la realidad, por encima de una exposición partidista, analizaba las fuentes, investigaba la noticia, hasta encontrase con la raíz del suceso, El otro día recibí una llamada telefónica de un amigo en común, me comunicaba que Doris nos había dejado para siempre. En ese mar de sus ensueños, servirán para que otros aprendamos a caminar en el mundo de la prensa, sobre todo con la ética y la veracidad de los hechos acaecidos, no escribiendo cartas, que con una mera escucha radiofónica se puede desmontar el tinglado de mentiras.