España es uno de los países en los que la población paga más por servicios sanitarios privados, y ello como consecuencia del subdesarrollo del sector público. Es una característica previsible que, a menor gasto público en un país, mayor es su gasto privado. Lo primero determina lo segundo. De ahí que sea fácil predecir que el descenso del gasto público que está ocurriendo implicará un aumento del gasto privado, en beneficio de las compañías de aseguramiento sanitario privado, que se benefician de las insuficiencias del sector sanitario público, resultado del escaso gasto público. España se gasta sólo 1.673 euros estandarizados (es decir, que permiten comparar la capacidad de compra del euro en varios países con distinto nivel de vida). Sólo el 4,1% de la población adulta trabaja en el sector sanitario en España, uno de los más bajos de la UE (6,6%).
No es mera casualidad que las voces que apoyan la reducción del gasto público también pidan una desgravación del aseguramiento privado. Un argumento perenne que utilizan los que favorecen la privatización de la sanidad es precisamente alabar la existencia del sector privado, sin el cual la sanidad pública colapsaría. La otra alternativa, que no se considera, sería aumentar el gasto público sanitario a fin de converger con el de los países de la UE de igual desarrollo económico al que tenemos; y, con ello, el sector público mejoraría considerablemente. Lo cual me lleva a pensar el error que sostienen las políticas de austeridad. Se señala que España y sus comunidades autónomas no se pueden gastar más en sanidad pública, lo cual es claramente incorrecto. España tiene el PIB per cápita equivalente al 94% del PIB del promedio de los países de la UE Y en cambio, el gasto público sanitario per cápita es sólo del 79,5% del promedio. Si fuera el 94%, España se gastaría 13.700 millones de euros más de los que se gasta en sanidad. Y es ahí la realidad del problema. Los ingresos al Estado (en su totalidad, es decir, central, autonómico y local) son de los más bajos de la UE. En 2007 fueron sólo del 41,1% del PIB, comparado con el 45,5% en la zona euro. Este porcentaje ha caído en picado en España, bajando al 34,5% del PIB, de lejos el más bajo de la euro zona (44,4%) y de toda la UE (44%). España no sólo tiene el porcentaje más bajo, sino que es el que ha bajado más espectacularmente.
Esto nos da otro problema añadido, el otro día en un hospital Comarcal de esta zona a un matrimonio amigo mió, le enviaron a su nieta a otro hospital comarcal de Alicante por la falta de camas en la zona, estas personas trabajan aunque con sueldos bajos, ¿Qué pasaría si a unos padres que estén en paro le hubiese pasado lo mismo?, ¿Cómo se podrían desplazar?, simplente dejarían a su hijo o familiar solo, fuera del calor humano de la familia. Se han ido recortando los impuestos y aumentando su regresividad creando un vacío en las cuentas, lo que supuso un elevado déficit estructural del Estado. Y ahora están pidiendo austeridad, debilitando servicios de especial importancia para las clases populares, a fin de evitar lo que se debería haber hecho desde hace tiempo: la reforma fiscal progresista en España,
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