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lunes, 28 de noviembre de 2011

CAMBIO O REVOLUCIÓN

La debacle del PSOE ha sido absoluta, el PSOE sufre su mayor derrota al desplomarse hasta los 110 diputados, por debajo de los 118 que obtuvo en 1977, en las primeras elecciones democráticas. Ha perdido más de 4.000.000 millones de votos. La crisis agónica del capitalismo, especialmente en las grandes potencias imperialistas, incapaz ya de generar los inmensos volúmenes de capital necesarios para sostener su acelerada carrera a ninguna parte. Ya no sobran ni las migajas que iban a parar a las manos de la clase obrera. Se trata de rebañar el caldero hasta las raspas. Y eso significa rebajar salarios, reducir pensiones, abaratar despidos y liquidar cualquier resistencia obrera, incluida la de los sindicatos más reformistas. Esto es, la lucha de clases descarnada y a cara de perro. La disyuntiva para los partidos “socialistas” es, bien persistir en las políticas del “Estado del bienestar”, a riesgo de ser barridos de un plumazo por las oligarquías capitalistas que los han arropado y hasta financiado cuando les interesaba su existencia, bien adoptar las políticas de la derecha capitalista “en bien de la clase obrera”. Si lo primero no sólo no se lo van a dejar hacer (y ni se les pasa por la cabeza radicalizarse y hacer políticas verdaderamente socialistas), lo segundo supone perder cada vez más el apoyo de la inmensa mayoría de las trabajadoras y los trabajadores, y no ganar nada en el espacio de la derecha. Que el desplome de la socialdemocracia no sea absoluto y rápido, se debe a que tampoco lo es el de la confianza que aún anida en amplios sectores de volver a los “buenos viejos tiempos”, asociados con la socialdemocracia. Y, evidentemente, al temor de que los partidos de la derecha lo harán igual o peor. A medida que la fantasía de la “recuperación económica” se va evaporando, lo va haciendo también el apoyo a los partidos “socialistas”. El gran error del PSOE ha sido ser una especie de "ni chicha ni limoná". Ni ha realizado las políticas de izquierda que de él se esperaban ni se ha sabido defender de las de derecha que se le han impuesto. Incluso dentro de la socialdemocracia, irán apareciendo corrientes que se resistirán a esta deriva derechista y suicida, y cuyo acontecer dependerá mucho de las particularidades de estos partidos en cada país. Es previsible, en todo caso, la aparición de corrientes de izquierda y fuertes contradicciones internas.


Es hora que que empiece ha haber un debate interno dentro del PSOE, donde se barran las distintas “familias”, ojo digo familias no corrientes de opinión, que prime como decía y se sentía orgulloso Pablo Iglesia la O de obrero, de trabajadores, que amiguismo e enchufismo a sido la tónica dominante en estos últimos tiempos, La realidad impone que los congresos del PSOE se invierta, primero serian los locales, comarcales, provinciales, país, y el estatal, siguiendo esta tónica cada militante un voto. El Secretario General del Partido tendría que ser elegido en PRIMARIAS entre los militantes que se presentaran. Si Pablo Iglesias, Indalecio Prieto, Julian Besterio y Francisco Largo Caballero, vieran en lo que han convertido su partido, lo primero que harían es expulsalo por no ser socialista y llevar una política liberal.