Hasta que no
conozcamos esos cuadernos, esa contabilidad B, no podremos completar la
verdadera historia de España. Solo conocemos la cara A, la que cuenta que hubo
una dictadura y luego entre el rey y unos cuantos dirigentes políticos de gran
talla nos trajeron la democracia, y después llegaron el desarrollo, la
modernización, la marca España, los servicios públicos, el Ave, los grandes
eventos, la Unión Europea, la OTAN, los éxitos deportivos y culturales, un rey
simpático y deportista, un príncipe enamorado de una plebeya, las empresas
conquistando el planeta, edificios emblemáticos, segunda residencia, hoteles
con encanto, la banca campeona del mundo y el mejor fútbol de Europa. Hasta que
llegó la crisis, como una catástrofe natural, y lo arrasó todo. La cara A de la
democracia sonó bien durante años, era una canción fácil, pegadiza, todos la
tarareamos. De vez en cuando se rayaba, saltaba o sonaba sucia, había
escándalos, había robos, había precariedad y desigualdad, pero el disco seguía
girando sin distorsionar demasiado, hasta que en los últimos años empezó a
atascarse, a ralentizarse, a sonar cada vez más sucio, hasta resultar tan
insoportable que nos tapamos los oídos. Así que ahora toca darle la vuelta al
disco y oír la otra versión de la historia al completo, la cara B.
La historia de la
democracia española no la han escrito cronistas ni historiadores, tampoco
periodistas ni novelistas, sino meticulosos contables juntos con economistas
que anotaban entradas y salidas de dinero, se mojaban la yema del dedo para
pasar la página y usaban papel calca para quedarse con copia de todo. Inclusive
en la era de los ordenadores es más´ fiable un papel que el disco duro de un
ordenador. Nosotros, los ciudadanos, si queremos refundar este país arruinado y
podrido, si queremos construir algo mejor, algo habitable, necesitamos conocer
esa cara B, necesitamos leer todas esas entradas y salidas manuscritas en los
cuadernos, identificar todos los nombres, sumar las cantidades sustraídas, leer
ese folletín cuyos capítulos están repartidos en cientos de libros contables. Y
exigirles a este gobierno del PP que dimita en pleno, si esta contabilidad B se
ha dado en la ejecutiva nacional del PP, podría ser más de lo mismo en el PP de
Valencia, en el PP de Murcia, en el PP de Madrid, en PP de Galicia, etc… Lo único que nos daría credibilidad internacional
ante tanta corrupción, sería que este lunes 4/02/2013 hubiera una dimisión de
Rajoy y se convocaran ELECCIONES GENERALES