Un
año atrás muy pocos sabían dar respuesta a esta pregunta. La
conocíamos de referencias, por cierto nada buenas, de su estancia en
Grecia. La Troika era sinónimo de austeridad, ajustes y recortes o
lo que es lo mismo penuria, hambre y paro. Pero no fue hasta la
llegada del tan negado rescate, en junio del 2012, que los “hombres
de negro” y “la Troika” se convirtieron en habituales de la
familia. Hoy, un año después, la gente, harta, sale a la calle para
decir claro y fuerte: Troika, fuera. La deuda continua siendo el yugo
que se impone a los pobres. Un mecanismo de control y supeditación
de los pueblos. Un instrumento infalible de transferencia de
recursos, o para ser más precisos de expolio, del Sur al Norte, ya
sea a escala global o europea. Y un argumento para reducir los
derechos de la mayoría y generar más beneficios al capital,
recortando servicios públicos y privatizarlos de forma encubierta.
El pago de la deuda que nos imponen, que, por cierto, no es nuestra,
es la excusa perfecta para aplicar un plan largamente planificado. De
este modo, a la estafa se la llama crisis y al robo deuda. A marchas
forzadas, hemos aprendido el significado de la Troika, pero, también,
el de otros conceptos como indignación, rebeldía y desobediencia.
Los
países centrales ya se encuentran recorriendo una nueva etapa
donde la desocupación a gran escala, la concentración acelerada de
ingresos y el desmantelamiento de tejidos productivos pasan a ser
aspectos “normales”
de su vida económica y donde las discursos acerca de una futura
recomposición han periodo toda credibilidad. Lo que parecía ser una
bravuconada de especialistas cuando el banco francés Natixis
anunciaba en agosto de 2012 que “la
crisis en la zona euro puede durar hasta veinte años”
aparece hoy como un pronóstico relativamente realista. Lo que no
parece realista es suponer que la “zona
euro”
podría sobrevivir como espacio monetario común durante dos décadas
de contracción económica permanente, salvo que la referencia
futurista a la “zona euro” se limite al espacio geográfico. Es
necesario ir más allá de la economía integrándola a la totalidad
social lo que nos permite describir estrategias, interacciones
perversas entre estructuras militares, financieras, mediáticas,
religiosas, parlamentarias, etc. de las potencias centrales, como
diriamos mecanismos de reproducción del sistema cuyos manipuladores
se sumergen en elpantano
de la desesperación, de la psicología del naufrago sin esperanza.
El capitalismo global bloqueado desde el punto de vista económico
elabora y pone en ejecución estrategias político-militares de
rapiña periférica destinadas a apropiarse y explotar intensamente
hasta el agotamiento al conjunto de recursos naturales del planeta y
exprimir hasta su extinción los mercados periféricos compensando
así la reducción de los beneficios productivos y de los mercados
internos centrales. Apuntando contra la mayor parte del territorio
global y una población de varios miles de millones de personas que
lo habitan, dicha estrategia amenaza provocar el mayor desastre
humano y ambiental de la historia. El desempleo en abril subió una
décima en la Eurozona y llegó al 12,2 por ciento frente al 12,1 por
ciento del mes anterior. Específicamente, en el mes de abril 95.000
personas se sumaron a la lista de
los
parados
aumentando la cantidad de desocupados a 19.380.000 en los países que
usan el euro. Los primeros lugares en la zona en cantidad de
desempleados los ocuparon Grecia , con 27 por ciento; España con
26,8 por ciento; Portugal con 17,8 por ciento; mientras que las tasas
de desempleo más bajas se registraron en Austria (4,9 por ciento),
Alemania (5,4 por ciento) y Luxemburgo (5,6 por ciento). La oficina
de estadística señala además que la desocupación aumentó
significativamente en comparación con abril de 2012 cuando la tasa
se ubicaba en 11, 2 por ciento en la zona del euro y en 10,3 por
ciento entre los veintisiete.
Esto
es lo que trae la TROIKA, aumento del desempleo y enriquecimiento del
gran capital. Con una formula muy sencilla, socializar las perdidas y
privatizar las ganancias