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domingo, 13 de abril de 2014

PUDOR Y ETICA

En este mundo que nos rodea hoy se pone en énfasis la capacidad económica, sin embargo tal parece que se ha puesto mucho más atención en las demandas de acciones como el empleo, la vivienda, la seguridad, etcétera, y no se ha dimensionado la importancia que para la sociedad tiene el contar con un liderazgo transparente, congruente. Sabia la postura del ciudadano, hoy queda  al descubierto con toda claridad a qué le tenía miedo: al engaño, a la corrupción.
Los estudiosos dicen que para hacer funcionar las instituciones, la ética política debe ser contemplada como una virtud colectiva. Hacerlo de manera individual perjudica el actuar de una organización, de un país. La ética política es ética aplicada y, «desde  la perspectiva de su aplicación, la ética debería ser entendida como el impulso del buen hacer  y el rechazo de lo que está mal hecho. Si pensamos en el hacer político, habrá que decir que la ética es el impulso de la buena política y la crítica de la mala política. De algún modo, pues, el discurso ético se encuentra antes y después de la práctica política: antes, porque fija horizontes; después, porque critica sus fallos, desviaciones y omisiones. Si es difícil determinar en qué consiste la buena política, no lo es tanto decir en qué se está equivocando la política, cuando incurre en maldades. De una parte, la política es mala si utiliza procedimientos y medios impropios para fines supuestamente justos y democráticos. La mala política es, en una palabra, la política corrupta. También es mala la política que no se dedica a combatir el mal del mundo: las injusticias, las catástrofes, los privilegios, la violencia, la discriminación, el terror. Ahí es donde entra, como consecuencia, la buena política La buena intención personal, que siempre es importante en la vida, no es suficiente cuando tenemos que tomar decisiones en las que entran en juego también las decisiones de otros individuos. Los maletines, los sobres repletos de billetes, los pelotazos, el enriquecimiento ilícito, la codicia sin límites, son la tónica general en el páramo patrio del saqueo, esa zona VIP reservada, solo asequible para cuatreros compulsivos, ilícitos, donantes de maldad y otros personajes sin escrúpulos. Ahora casi todos cobran sin dar puto golpe gracias a los favores concedidos, asisten a reuniones como figurines trajeados sin tener zorra idea de lo que se trata, viajan a países empobrecidos, donde estas multinacionales asesinan indígenas, talan selvas, contaminan ríos y destruyen la vida de sus pueblos. Hablan como si supieran de qué va el “asunto”, ponen cara de saberlo todo mientras sus cuentas corrientes revientan de millones de dinero manchado de sangre, naturaleza y libertades secuestradas, siempre al amparo del todo vale como buenos “demócratas”, “gentes de bien”, respetables sin vergüenza, que promueven la putrefacta marca España por cada rincón del planeta.  Pudor, el respeto, los valores, la ética la dejaron en el cubo de la basura antes de entrar en política, usurpando la esperanza de una ciudadanía que les votó, que alguna vez llegaron a confiar ciegamente en su vergonzosa gestión.
Hoy se nota a faltar el PUDOR político en una gran mayoría de los estamentos que gobiernan este país. Si tenemos en cuenta que ser político no es una clase, nace de la necesidad de la persona, hacia sus conciudadanos en aplicamientos de unas normas de convivencias atraves de una determinada ideología.
Si no hay ETICA no hay política, pero si los ciudadanos que están en los estamentos políticos, no la aplican con pudor, tampoco hay política, puede ser cualquier cosa, menos política.