Translate

Entradas populares

Powered By Blogger
Powered By Blogger

viernes, 2 de octubre de 2015

Apertura a la Izquierda

¿Que le pasa a los partidos que se abren a la izquierda del PSOE? ¿cómo es posible que estos partidos sigan pretendiendo posible producir un cambio de sistema a través de su participación en la institucionalidad vigente? Pues, aunque sea un Frente político electoral de izquierdas para luchar “contra los recortes y la abolición de las leyes austericidas”,un tal Frente ni siquiera puede aspirar a representar un cuarto del electorado. O sea que su participación quedaría reducida a una lucha puramente testimonial e in fine su presencia en las instituciones sólo serviría para legitimar las políticas autericidas de los gobiernos conservadores, como ha sido hasta ahora. Otra cosa muy distinta sería si ese Frente optara por agudizar las contradicciones del sistema y potenciar la lucha de clases en las calles y en los centros de trabajo; pues es allí donde son más visibles tales contradicciones y la relación de fuerzas puede ser más favorable para los que las padecen. Si en vez de dividirles con tantas propuestas e incitarles a la simple adehesion y espera se abren de más en más frentes de lucha contra el sistema y se potencian los que están ya abiertos para mantener viva la indignación y crear las condiciones de la rebelión. El odio entre lenguas y culturas jamás será capaz de construir puentes – seculares, esto es, políticos – de diálogo y reconocimiento mutuo. Jamás reconocerá al otro como un ser humano. La irracional voluntad de poder y homogeneización cultural del colonizador no es menos irracional que el rencor identitario del colonizado, con sus políticas de la venganza consecuentes. Hace tiempo que estoy convencido de la necesidad de caminar, sin miedo, y con persistente terquedad moral y cívica, hacia una visión de unidad de las izquierdas, independientemente de las siglas o las distintas lenguas que se hable dentro de cada organización.
La violencia del capitalismo de Estado se realiza en un ambiente ideológico dominado por los principios doctrinales del neoliberalismo, apoyándose siempre en la famosa frase de la Sra. Thatcher de que “no hay alternativa”. Se trata de una expresión de determinismo económico que se torna incluso ridícula cuando vemos la realidad histórica que tratan de describir estos pretendidos instrumentos científicos. Ya he escrito en varias ocasiones que este espectacular aparato ideológico se parece estrechamente al mundo intelectual católico fundado en la escolástica tomista que dominó por muchos siglos la economía feudal europea y que disponía de enormes poderes estatales y religiosos para torturar e incluso condenar a muerte a los “herejes”, representantes de la nueva onda filosófica y científica liderada por las burguesías en expansión material y financiera. Se tiene que tener muy claro que el reino del capital financiero no tiene nada que ver con la fantasía ideológica “neoliberal” que pretende establecer el equilibrio fiscal, monetario y cambiario a través del “libre mercado”. El mundo nunca ha vivido desequilibrios tan colosales como en esta nueva fase de dirección de las finanzas y de las políticas macroeconómicas. Cuando el trabajador en su vivir cotidiano se enfrenta a unas medidas económicas ya no solo dictadas por el Gobierno, si no que vienen impuestas más allá de la fronteras del estado al cual pertenece. No tiene opción. ¿O si la tiene? “La lucha de clases” es una de ellas otra seria votar en las próximas elecciones Generales a la Izquierda, pero a ¿que izquierda? Lo coherente seria que todo el abanico de la izquierda se presentase unido. Esto realmente es lo que el pueblo llano quiere.

Apertura a la Izquierda

¿Que le pasa a los partidos que se abren a la izquierda del PSOE? ¿cómo es posible que estos partidos sigan pretendiendo posible producir un cambio de sistema a través de su participación en la institucionalidad vigente? Pues, aunque sea un Frente político electoral de izquierdas para luchar “contra los recortes y la abolición de las leyes austericidas”,un tal Frente ni siquiera puede aspirar a representar un cuarto del electorado. O sea que su participación quedaría reducida a una lucha puramente testimonial e in fine su presencia en las instituciones sólo serviría para legitimar las políticas autericidas de los gobiernos conservadores, como ha sido hasta ahora. Otra cosa muy distinta sería si ese Frente optara por agudizar las contradicciones del sistema y potenciar la lucha de clases en las calles y en los centros de trabajo; pues es allí donde son más visibles tales contradicciones y la relación de fuerzas puede ser más favorable para los que las padecen. Si en vez de dividirles con tantas propuestas e incitarles a la simple adehesion y espera se abren de más en más frentes de lucha contra el sistema y se potencian los que están ya abiertos para mantener viva la indignación y crear las condiciones de la rebelión. El odio entre lenguas y culturas jamás será capaz de construir puentes – seculares, esto es, políticos – de diálogo y reconocimiento mutuo. Jamás reconocerá al otro como un ser humano. La irracional voluntad de poder y homogeneización cultural del colonizador no es menos irracional que el rencor identitario del colonizado, con sus políticas de la venganza consecuentes. Hace tiempo que estoy convencido de la necesidad de caminar, sin miedo, y con persistente terquedad moral y cívica, hacia una visión de unidad de las izquierdas, independientemente de las siglas o las distintas lenguas que se hable dentro de cada organización.
La violencia del capitalismo de Estado se realiza en un ambiente ideológico dominado por los principios doctrinales del neoliberalismo, apoyándose siempre en la famosa frase de la Sra. Thatcher de que “no hay alternativa”. Se trata de una expresión de determinismo económico que se torna incluso ridícula cuando vemos la realidad histórica que tratan de describir estos pretendidos instrumentos científicos. Ya he escrito en varias ocasiones que este espectacular aparato ideológico se parece estrechamente al mundo intelectual católico fundado en la escolástica tomista que dominó por muchos siglos la economía feudal europea y que disponía de enormes poderes estatales y religiosos para torturar e incluso condenar a muerte a los “herejes”, representantes de la nueva onda filosófica y científica liderada por las burguesías en expansión material y financiera. Se tiene que tener muy claro que el reino del capital financiero no tiene nada que ver con la fantasía ideológica “neoliberal” que pretende establecer el equilibrio fiscal, monetario y cambiario a través del “libre mercado”. El mundo nunca ha vivido desequilibrios tan colosales como en esta nueva fase de dirección de las finanzas y de las políticas macroeconómicas. Cuando el trabajador en su vivir cotidiano se enfrenta a unas medidas económicas ya no solo dictadas por el Gobierno, si no que vienen impuestas más allá de la fronteras del estado al cual pertenece. No tiene opción. ¿O si la tiene? “La lucha de clases” es una de ellas otra seria votar en las próximas elecciones Generales a la Izquierda, pero a ¿que izquierda? Lo coherente seria que todo el abanico de la izquierda se presentase unido. Esto realmente es lo que el pueblo llano quiere.

Apertura a la Izquierda

¿Que le pasa a los partidos que se abren a la izquierda del PSOE? ¿cómo es posible que estos partidos sigan pretendiendo posible producir un cambio de sistema a través de su participación en la institucionalidad vigente? Pues, aunque sea un Frente político electoral de izquierdas para luchar “contra los recortes y la abolición de las leyes austericidas”,un tal Frente ni siquiera puede aspirar a representar un cuarto del electorado. O sea que su participación quedaría reducida a una lucha puramente testimonial e in fine su presencia en las instituciones sólo serviría para legitimar las políticas autericidas de los gobiernos conservadores, como ha sido hasta ahora. Otra cosa muy distinta sería si ese Frente optara por agudizar las contradicciones del sistema y potenciar la lucha de clases en las calles y en los centros de trabajo; pues es allí donde son más visibles tales contradicciones y la relación de fuerzas puede ser más favorable para los que las padecen. Si en vez de dividirles con tantas propuestas e incitarles a la simple adehesion y espera se abren de más en más frentes de lucha contra el sistema y se potencian los que están ya abiertos para mantener viva la indignación y crear las condiciones de la rebelión. El odio entre lenguas y culturas jamás será capaz de construir puentes – seculares, esto es, políticos – de diálogo y reconocimiento mutuo. Jamás reconocerá al otro como un ser humano. La irracional voluntad de poder y homogeneización cultural del colonizador no es menos irracional que el rencor identitario del colonizado, con sus políticas de la venganza consecuentes. Hace tiempo que estoy convencido de la necesidad de caminar, sin miedo, y con persistente terquedad moral y cívica, hacia una visión de unidad de las izquierdas, independientemente de las siglas o las distintas lenguas que se hable dentro de cada organización.
La violencia del capitalismo de Estado se realiza en un ambiente ideológico dominado por los principios doctrinales del neoliberalismo, apoyándose siempre en la famosa frase de la Sra. Thatcher de que “no hay alternativa”. Se trata de una expresión de determinismo económico que se torna incluso ridícula cuando vemos la realidad histórica que tratan de describir estos pretendidos instrumentos científicos. Ya he escrito en varias ocasiones que este espectacular aparato ideológico se parece estrechamente al mundo intelectual católico fundado en la escolástica tomista que dominó por muchos siglos la economía feudal europea y que disponía de enormes poderes estatales y religiosos para torturar e incluso condenar a muerte a los “herejes”, representantes de la nueva onda filosófica y científica liderada por las burguesías en expansión material y financiera. Se tiene que tener muy claro que el reino del capital financiero no tiene nada que ver con la fantasía ideológica “neoliberal” que pretende establecer el equilibrio fiscal, monetario y cambiario a través del “libre mercado”. El mundo nunca ha vivido desequilibrios tan colosales como en esta nueva fase de dirección de las finanzas y de las políticas macroeconómicas. Cuando el trabajador en su vivir cotidiano se enfrenta a unas medidas económicas ya no solo dictadas por el Gobierno, si no que vienen impuestas más allá de la fronteras del estado al cual pertenece. No tiene opción. ¿O si la tiene? “La lucha de clases” es una de ellas otra seria votar en las próximas elecciones Generales a la Izquierda, pero a ¿que izquierda? Lo coherente seria que todo el abanico de la izquierda se presentase unido. Esto realmente es lo que el pueblo llano quiere.

Apertura a la Izquierda


¿Que le pasa a los partidos que se abren a la izquierda del PSOE? ¿cómo es posible que estos partidos sigan pretendiendo posible producir un cambio de sistema a través de su participación en la institucionalidad vigente? Pues, aunque sea un Frente político electoral de izquierdas para luchar “contra los recortes y la abolición de las leyes austericidas”,un tal Frente ni siquiera puede aspirar a representar un cuarto del electorado. O sea que su participación quedaría reducida a una lucha puramente testimonial e in fine su presencia en las instituciones sólo serviría para legitimar las políticas autericidas de los gobiernos conservadores, como ha sido hasta ahora. Otra cosa muy distinta sería si ese Frente optara por agudizar las contradicciones del sistema y potenciar la lucha de clases en las calles y en los centros de trabajo; pues es allí donde son más visibles tales contradicciones y la relación de fuerzas puede ser más favorable para los que las padecen. Si en vez de dividirles con tantas propuestas e incitarles a la simple adehesion y espera se abren de más en más frentes de lucha contra el sistema y se potencian los que están ya abiertos para mantener viva la indignación y crear las condiciones de la rebelión. El odio entre lenguas y culturas jamás será capaz de construir puentes – seculares, esto es, políticos – de diálogo y reconocimiento mutuo. Jamás reconocerá al otro como un ser humano. La irracional voluntad de poder y homogeneización cultural del colonizador no es menos irracional que el rencor identitario del colonizado, con sus políticas de la venganza consecuentes. Hace tiempo que estoy convencido de la necesidad de caminar, sin miedo, y con persistente terquedad moral y cívica, hacia una visión de unidad de las izquierdas, independientemente de las siglas o las distintas lenguas que se hable dentro de cada organización.
La violencia del capitalismo de Estado se realiza en un ambiente ideológico dominado por los principios doctrinales del neoliberalismo, apoyándose siempre en la famosa frase de la Sra. Thatcher de que “no hay alternativa”. Se trata de una expresión de determinismo económico que se torna incluso ridícula cuando vemos la realidad histórica que tratan de describir estos pretendidos instrumentos científicos. Ya he escrito en varias ocasiones que este espectacular aparato ideológico se parece estrechamente al mundo intelectual católico fundado en la escolástica tomista que dominó por muchos siglos la economía feudal europea y que disponía de enormes poderes estatales y religiosos para torturar e incluso condenar a muerte a los “herejes”, representantes de la nueva onda filosófica y científica liderada por las burguesías en expansión material y financiera. Se tiene que tener muy claro que el reino del capital financiero no tiene nada que ver con la fantasía ideológica “neoliberal” que pretende establecer el equilibrio fiscal, monetario y cambiario a través del “libre mercado”. El mundo nunca ha vivido desequilibrios tan colosales como en esta nueva fase de dirección de las finanzas y de las políticas macroeconómicas. Cuando el trabajador en su vivir cotidiano se enfrenta a unas medidas económicas ya no solo dictadas por el Gobierno, si no que vienen impuestas más allá de la fronteras del estado al cual pertenece. No tiene opción. ¿O si la tiene? “La lucha de clases” es una de ellas otra seria votar en las próximas elecciones Generales a la Izquierda, pero a ¿que izquierda? Lo coherente seria que todo el abanico de la izquierda se presentase unido. Esto realmente es lo que el pueblo llano quiere.

Apertura a la Izquierda


¿Que le pasa a los partidos que se abren a la izquierda del PSOE? ¿cómo es posible que estos partidos sigan pretendiendo posible producir un cambio de sistema a través de su participación en la institucionalidad vigente? Pues, aunque sea un Frente político electoral de izquierdas para luchar “contra los recortes y la abolición de las leyes austericidas”,un tal Frente ni siquiera puede aspirar a representar un cuarto del electorado. O sea que su participación quedaría reducida a una lucha puramente testimonial e in fine su presencia en las instituciones sólo serviría para legitimar las políticas autericidas de los gobiernos conservadores, como ha sido hasta ahora. Otra cosa muy distinta sería si ese Frente optara por agudizar las contradicciones del sistema y potenciar la lucha de clases en las calles y en los centros de trabajo; pues es allí donde son más visibles tales contradicciones y la relación de fuerzas puede ser más favorable para los que las padecen. Si en vez de dividirles con tantas propuestas e incitarles a la simple adehesion y espera se abren de más en más frentes de lucha contra el sistema y se potencian los que están ya abiertos para mantener viva la indignación y crear las condiciones de la rebelión. El odio entre lenguas y culturas jamás será capaz de construir puentes – seculares, esto es, políticos – de diálogo y reconocimiento mutuo. Jamás reconocerá al otro como un ser humano. La irracional voluntad de poder y homogeneización cultural del colonizador no es menos irracional que el rencor identitario del colonizado, con sus políticas de la venganza consecuentes. Hace tiempo que estoy convencido de la necesidad de caminar, sin miedo, y con persistente terquedad moral y cívica, hacia una visión de unidad de las izquierdas, independientemente de las siglas o las distintas lenguas que se hable dentro de cada organización.

La violencia del capitalismo de Estado se realiza en un ambiente ideológico dominado por los principios doctrinales del neoliberalismo, apoyándose siempre en la famosa frase de la Sra. Thatcher de que “no hay alternativa”. Se trata de una expresión de determinismo económico que se torna incluso ridícula cuando vemos la realidad histórica que tratan de describir estos pretendidos instrumentos científicos. Ya he escrito en varias ocasiones que este espectacular aparato ideológico se parece estrechamente al mundo intelectual católico fundado en la escolástica tomista que dominó por muchos siglos la economía feudal europea y que disponía de enormes poderes estatales y religiosos para torturar e incluso condenar a muerte a los “herejes”, representantes de la nueva onda filosófica y científica liderada por las burguesías en expansión material y financiera. Se tiene que tener muy claro que el reino del capital financiero no tiene nada que ver con la fantasía ideológica “neoliberal” que pretende establecer el equilibrio fiscal, monetario y cambiario a través del “libre mercado”. El mundo nunca ha vivido desequilibrios tan colosales como en esta nueva fase de dirección de las finanzas y de las políticas macroeconómicas. Cuando el trabajador en su vivir cotidiano se enfrenta a unas medidas económicas ya no solo dictadas por el Gobierno, si no que vienen impuestas más allá de la fronteras del estado al cual pertenece. No tiene opción. ¿O si la tiene? “La lucha de clases” es una de ellas otra seria votar en las próximas elecciones Generales a la Izquierda, pero a ¿que izquierda? Lo coherente seria que todo el abanico de la izquierda se presentase unido. Esto realmente es lo que el pueblo llano quiere.

Apertura a la Izquierda


¿Que le pasa a los partidos que se abren a la izquierda del PSOE? ¿cómo es posible que estos partidos sigan pretendiendo posible producir un cambio de sistema a través de su participación en la institucionalidad vigente? Pues, aunque sea un Frente político electoral de izquierdas para luchar “contra los recortes y la abolición de las leyes austericidas”,un tal Frente ni siquiera puede aspirar a representar un cuarto del electorado. O sea que su participación quedaría reducida a una lucha puramente testimonial e in fine su presencia en las instituciones sólo serviría para legitimar las políticas autericidas de los gobiernos conservadores, como ha sido hasta ahora. Otra cosa muy distinta sería si ese Frente optara por agudizar las contradicciones del sistema y potenciar la lucha de clases en las calles y en los centros de trabajo; pues es allí donde son más visibles tales contradicciones y la relación de fuerzas puede ser más favorable para los que las padecen. Si en vez de dividirles con tantas propuestas e incitarles a la simple adehesion y espera se abren de más en más frentes de lucha contra el sistema y se potencian los que están ya abiertos para mantener viva la indignación y crear las condiciones de la rebelión. El odio entre lenguas y culturas jamás será capaz de construir puentes – seculares, esto es, políticos – de diálogo y reconocimiento mutuo. Jamás reconocerá al otro como un ser humano. La irracional voluntad de poder y homogeneización cultural del colonizador no es menos irracional que el rencor identitario del colonizado, con sus políticas de la venganza consecuentes. Hace tiempo que estoy convencido de la necesidad de caminar, sin miedo, y con persistente terquedad moral y cívica, hacia una visión de unidad de las izquierdas, independientemente de las siglas o las distintas lenguas que se hable dentro de cada organización.

La violencia del capitalismo de Estado se realiza en un ambiente ideológico dominado por los principios doctrinales del neoliberalismo, apoyándose siempre en la famosa frase de la Sra. Thatcher de que “no hay alternativa”. Se trata de una expresión de determinismo económico que se torna incluso ridícula cuando vemos la realidad histórica que tratan de describir estos pretendidos instrumentos científicos. Ya he escrito en varias ocasiones que este espectacular aparato ideológico se parece estrechamente al mundo intelectual católico fundado en la escolástica tomista que dominó por muchos siglos la economía feudal europea y que disponía de enormes poderes estatales y religiosos para torturar e incluso condenar a muerte a los “herejes”, representantes de la nueva onda filosófica y científica liderada por las burguesías en expansión material y financiera. Se tiene que tener muy claro que el reino del capital financiero no tiene nada que ver con la fantasía ideológica “neoliberal” que pretende establecer el equilibrio fiscal, monetario y cambiario a través del “libre mercado”. El mundo nunca ha vivido desequilibrios tan colosales como en esta nueva fase de dirección de las finanzas y de las políticas macroeconómicas. Cuando el trabajador en su vivir cotidiano se enfrenta a unas medidas económicas ya no solo dictadas por el Gobierno, si no que vienen impuestas más allá de la fronteras del estado al cual pertenece. No tiene opción. ¿O si la tiene? “La lucha de clases” es una de ellas otra seria votar en las próximas elecciones Generales a la Izquierda, pero a ¿que izquierda? Lo coherente seria que todo el abanico de la izquierda se presentase unido. Esto realmente es lo que el pueblo llano quiere.