Para un cierto número
de campañas electorales o políticas en España, la máxima podría
ser: “la inmigración y la agitación de los miedos alrededor de
ese tema es algo que logra votos”… Así, algunas victorias
electorales recientes están muy ligadas a la instrumentalización de
este tema en el sentido de una propaganda que suscita la angustia
cambiando el panorama no solo de la política si no también el
concepto del mercado laboral.
Y la misma evidencia
muestra que los vaivenes en el tamaño de la población activa (es
decir, personas que están en el mercado laboral) dependen muy poco
de la introducción de nuevas tecnologías. Esto ocurre con toda la
población ocupada o que busca trabajo y no de sectores específicos
en los que el tamaño de la población activa sí que puede variar
según la densidad tecnológica del sector. Pero las variables más
importantes para determinar el tamaño de la población activa son
variables políticas, no variables tecnológicas. La evidencia
científica acumulada a lo largo del siglo XX muestra claramente que
el porcentaje de la población que trabaja en un país depende en
gran manera del contexto político que configura las relaciones
laborales en dicho país. En general, en Europa, a mayor la fuerza de
mundo del trabajo, mayor es el porcentaje de la población que
trabaja, mayores son los salarios, mejores son las condiciones de
trabajo y menores son las desigualdades de renta en un país.
Depende también de
decisiones políticas la configuración no solo del número sino
también del tipo de trabajo que se cree. Por ejemplo, España tiene
solo un adulto de cada diez que trabaja en los servicios públicos
del Estado del Bienestar (sanidad, educación, servicios sociales,
escuelas de infancia y servicios domiciliarios, entre otros). Si
tuviera alrededor de una de cada cuatro, como en Suecia, España
tendría unos tres millones y medio más de puestos de trabajo,
eliminando una parte muy importante del desempleo. El hecho de que
España tenga tan poca gente en los servicios del Estado del
Bienestar se debe precisamente a la enorme debilidad del mundo del
trabajo. El mayor desarrollo del Estado del Bienestar en los países
escandinavos se debe primordialmente a la mayor fuerza del movimiento
obrero en aquellos países que no en el sur de Europa, donde
históricamente el movimiento obrero ha sido débil y ha estado
dividido. La socialdemocracia (cuando era socialdemocracia antes de
que se convirtiera al liberalismo), sin embargo, nunca aceptó tal
propuesta. Todo lo contrario, enfatizó la necesidad de crear empleo,
y buen empleo, desarrollando políticas de pleno empleo que han sido
altamente exitosas, como lo muestra el bajo desempleo y la baja
pobreza en la mayoría de países escandinavos, donde la
socialdemocracia ha gobernado durante más tiempo. El supuesto que
guía tal propuesta es la creencia de que siempre se puede crear
empleo para cubrir las enormes necesidades humanas que existen en
cualquier sociedad. No es por casualidad que sean estos países los
que tienen mejores indicadores de calidad de vida y que hayan sido, a
su vez, gobernados por mayor número de años por partidos
comprometidos con el objetivo de establecer el socialismo. En esta
tradición, el socialismo no es un proceso que ocurre el año A, día
D y hora H (siguiendo la toma del Palacio de Invierno), sino que se
construye o destruye en cada momento según las políticas públicas
que se lleven a cabo. Cada vez que se aplica una política pública
que tiene como objetivo satisfacer las necesidades humanas, siendo
estas financiadas con fondos adquiridos con políticas progresivas y
redistributivas (según el principio básico del socialismo “a cada
uno según su necesidad, y de cada uno según su habilidad”), se
está construyendo el socialismo (sea cual sea el partido que lo
aplique). Y las necesidades humanas son inmensas. Decir que no habrá
trabajo es asumir que todas las necesidades humanas estarán
satisfechas, lo que es imposible de alcanzar, pues en cada periodo de
desarrollo humano hay una redefinición de tales necesidades. De ahí
que debería enfatizarse la necesidad de incentivar y crear trabajo
en las áreas hoy tan poco extendidas de servir a la población. El
día 20 de Diciembre del 2015 se dará una redefinición al cauce
político de este País con un ante y un después.