Cuatro meses después,
todos sabemos que esas palabras no sirven para nada. Este país volverá a
padecer la lacra de un gobierno conservador dirigido por un gran inepto,
Mariano Rajoy Brey. Y todo ello se lo debemos a los hombres y mujeres del
Partido Socialista, el partido que fundó un tipógrafo hace 120 años para
defender los intereses de los trabajadores, de los desfavorecidos, de los
pobres, de los parias de la tierra. Pero ahora, en octubre del año 2016, ese
mismo partido, está más por la labor de defender los intereses de los ricos, de
los del Ibex35, de los que no pagan sus impuestos, o de los que usan las
tarjetas black. Así es la vida. Que el partido de la corrupción y de las
políticas represivas y antisociales, gobierne por la acción u omisión de quién
se llama Partido Socialista, de quien dice ser de izquierdas, es una de las
mayores traiciones a la idea y a su historia. Partido español lo seguirá
siendo, pero con este acto vergonzante, perderá los términos de socialista y obrero.
Muchas personas piensan que hace tiempo ya lo había perdido. Sigo militando en
el Partido; aunque siempre la de ser socialista por la igualdad, la justicia
social y la solidaridad, porque desde que conocí esas ideas, me di cuenta que
era algo por lo porque dividía a sus miembros en clases desiguales y
antagónicas: los dominantes y los dominados. Los que lo tienen todo, recursos,
dinero y poder; y los que nada tienen, salvo su fuerza vital para trabajar. Los
privilegios de la burguesía estaban garantizados por el poder político y
económico, del cual se valía para dominar a los trabajadores. Por superar estas
contradicciones comenzó la lucha de los socialistas decimonónicos. Aquel
análisis, vale para hoy, y la lucha sigue siendo necesaria para conseguir los
mismos objetivos. que merecía la pena luchar; y transcurridos ciento treinta y
siete años desde que Pablo Iglesias fundara el partido, siguen teniendo
vigencia. La sociedad sigue siendo injusta.
El socialismo,
comunismo, anarquismo, sindicalismo, ecologismo, feminismo, pacifismo, son
ideologías y demandas sociales, que, desde lo específico, dan una visión global
de la cuestión, para promover la igualdad, la justicia social y la solidaridad.
Para conseguir sus fines tienen que llegar al poder y mejor unidos. Unidad
desde la diversidad, frente a la derecha como enemigo común. Todo puede
conseguirse uniendo, no disgregando. También podría entenderse que el que no
quiere la unión o la torpedea, es porque prefiere que el enemigo venza y eso es
traición, que puede haberla. Se han cargado a un secretario general ante la
posibilidad de un gobierno alternativo a la derecha. Con cada razonamiento de
los líderes territoriales, los llamados «barones», en defensa de la abstención,
más firme me siento en mis convicciones y razonamientos. Con la abstención el
PSOE pierde credibilidad y coherencia; avalan las políticas llevadas a cabo por
el PP y blanquean la corrupción que le cerca judicialmente. Nunca un gobierno
de derechas es la mejor alternativa. Y además, porque dar el gobierno a la
derecha va contra sus principios y su historia. La resolución aprobada, por 139
votos, frente a 96 que votaron a favor de seguir manteniendo el No a Rajoy. Que
les quede muy claro a todos los socialistas que el próximo fin de semana, cuando
con su abstención cobarde y mentirosa, sus diputados permitan que Mariano Rajoy
pueda volver a formar gobierno, estarán dando un sí como una catedral a la
corrupción, a la desigualdad, a la injusticia social, a la mentira y al dolor
de varios millones de personas que han sufrido el shock neoliberal de los
últimos años. Que les quede muy claro que el Comité Federal del PSOE se ha
pasado por “el forro de los pantalones” las firmas de los militantes que en
número más que suficiente (93720) donde se exigía la convocatoria de un
congreso y la celebración de primarias tal como los recogen los estatutos del
PSOE. La gestora da dado un GOLPE DE ESTADO ILEGITIMO CONTRA LA MILITANCIA DEL
PARTIDO. A partir de ahora l@S barones nunca más podrán hablar de socialdemocracia,
de izquierda, de igualdad, o de justicia social. O mejor dicho, podrán hacerlo,
faltaría más. Pero nadie en su sano juicio volverá a creerlo.
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