Esperanza Aguirre dice que son solo dos “ranas” las corruptas, nosotros
opinamos que es toda la charca la que esta corrompida; y que es
necesario vaciarla para hacer una nueva.
La UCD se construyó con los sectores del franquismo reformistas,
aquellos que eran conscientes de que había que “cambiar todo para
no cambiar nada”, y gobernó desde 1977 hasta el 82. Este año es
el del “cambio” de Felipe González y el PSOE, convenientemente
edulcorado en el congreso de Suresnes; mientras la UCD agoniza y
desaparece. Para muchos el PP es el partido democrático de la
derecha española surgido de la Transición, que por la vía de las
elecciones se sucedió en el gobierno con el PSOE, en lo que se dio
en llamar “el bipartidismo”; concepto al que, por cierto,
redujeron interesadamente el de “régimen” para disolver el
verdadero régimen en una de sus manifestaciones… Pues bien, aunque
algo de esta reducción sea cierta, hay que aclarar primero que el
bipartidismo no fue tal cual nos lo quieren vender; el PP se fundó
en 1990, cuando el proyecto político que desde la derecha abanderó
la Transición, la UCD de Suárez, había desaparecido. El PSOE
“compitió” primero con la UCD y después con el PP .
La década de los 80
fue aquella en la que la clase obrera española que luchara contra el
franquismo desde los grandes polos industriales, CCOO y UGT presente
en la lucha obrera de aquellos polos industriales. Fue derrotada y
desmantelados prácticamente todos los baluartes obreros: desde la
siderurgia hasta la industria química, desde el naval hasta la
minería; no hubo ningún sector que se librara de la reconversión
industrial y el desmantelamiento, desorganizando a la clase que había
sido el motor de la lucha antifranquista. El canto del cisne de la
lucha obrera, a finales de la década, el 14D del 88, la UGT rompe
con el PSOE y se convoca una huelga que será histórica por la
capacidad de convocatoria, paralizando todo los territorios del
Estado Español, obligando al gobierno a retirar el Plan de Empleo
Juvenil que la había provocado…
En la Transición, ante la inexistencia de un partido burgués
procedente de las entrañas del régimen, bajo los golpes de la
movilización obrera y popular, la burguesía tuvo que montar uno a
las carreras, la UCD, y tenía que dar la imagen de que con la
muerte del Franco, no había vacío de poder: que todo estaba “atado
y bien atado”. Posteriormente, cuando las aguas volvieron al cauce
tras los años 80, se reagruparon en el PP. Esto permitio que el gen
franquista de la burguesía española sobreviviera: las políticas
basadas en el enriquecimiento a costa del aparato del estado. Cuando
el caldo de cultivo lo permitió, ese gen se reactivó a gran escala,
provocando la burbuja que estalló en el 2007. Aznar, su gobierno y
la ley de suelo fue el primer aviso, solo frenado por la movilización
obrera y popular: pero fue el estallido de la crisis y los últimos
gobiernos de ZP y, sobre todo Rajoy, los que nos han devuelto a los
años 70.
El gen corrupto
sobrevivió en los 70 gracias a una Ley de Amnistía / Punto Final,
que además de perdonar los crímenes políticos de los franquistas,
se amnistiaban los saqueos, los robos y la apropiación de
propiedades expropiadas a los republicanos, por los adictos al
regimen.