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domingo, 25 de septiembre de 2016

NAVEGACIÓN A LA DERIVA


Estoy de acuerdo en que la izquierda navega a la deriva. Pero no es tanto la institucional, ya que esta, es izquierda porque a la derecha le conviene y la reconoce mediáticamente. Por no ser, no es ni siquiera   la socialdemocracia reformista que a primeros del pasado siglo fue detestada por los revolucionarios. Aquella socialdemocracia hace mucho que desapareció; y la de hoy, no sólo no reforma beneficiando a las capas populares, sino que actúa a favor, o no sé opone, a las reformas que perjudican a los trabajadores y al ecosistema. La izquierda perdió de vista la lucha por la calidad de vida para la clase obrera que estaba vinculada a los avances científicos y técnicos y a la calidad de la producción necesaria. Por eso, generalmente, esta izquierda sigue planteando ese disparate de jornadas de trabajo de 35 horas semanales. Jornadas que debieron quedar obsoletas a principios del siglo XX.  Recordemos que el capitalismo se confabula en el Crack de 1929, para programar la obsolescencia de los productos. Paralelamente las Yo me refiero a una izquierda radical, comunista, cuya deriva rezuma desde últimos del siglo 19 y principios del 20, incrementándose hasta nuestros días. Precisamente uno de sus desvíos, de sus   errores, fue no ver el desastre ecológico que se venía encima, fruto de las necesidades y contradicciones inevitables que, en esto, tenía el capitalismo. Resolver sus contradicciones era hacerlas recaer en la clase obrera: producir mal y consumir peor, en una interacción constante, como única garantía para alargar al máximo el trabajo explotado.  organizaciones obreras no se enteraron de su importancia y en ese despiste estamos todavía.
No tod@s decimos lo mismo cuando reivindicamos el reparto del trabajo y la riqueza. Plantearlo desde posiciones correctas de clase explotada, teniendo en cuenta el materialismo histórico y dialectico; es teorizar sobre la conveniencia de reducir la jornada de trabajo para reducir la explotación y generar contradicciones al capitalismo. Extremándoselas al reivindicarles al mismo tiempo, producción precisa y de calidad. Estas razones son esenciales al reparto de la riqueza que las masas trabajadoras deben proponer y defender. El capitalismo, obligado a funcionar con razones humanas y naturales, sería inmediatamente ahogado en sus contradicciones. Desaparecería Pero diciembre puede ser el momento de la desobediencia y del pronunciamiento de que el voto deje de ser secreto para convertirse en desafiante contra el extremadamente bajo rendimiento de los políticos españoles.  Ninguno de los cuatro partidos encaja en el papel de la neutralidad por ello es de esperar que Rajoy se convierta en más bancomundialista, europeísta y fondomonetarista, Sánchez en más socialdemócrata, además de los “istas” señalados; Iglesias en más marxista o de izquierdas y, Rivera en lo que caiga. A falta de 3 meses de las terceras presidenciales, las peleas personales están destruyendo las herencias ideológicas, quizá una prueba de ello  es que pudiendo ganar Rajoy, nadie apuesta por ninguna mayoría absoluta ni por ninguna izquierda gobernando. Ante esa lamentable   perspectiva los partidos no saben contra quién dirigir sus artillerías, apuntando cada vez que surge un nuevo objetivo y convirtiéndolo todo  en una algarabía.  Para formar gobierno y no votar en diciembre, a la izquierda sólo le queda la izquierda y a la derecha los de la derecha. .Pero  una cosa esta muy clara dentro del PSOE, Pedro Sánchez ha sido elegido en Primarias por los militantes de su partido, y los barones/a no, lo cual descalifica a todos ellos.