Algun@s de los tertulianos pisan la calle y están al pie de
la trinchera, se molestan en buscar la noticia, en vivirla, en esta “ahí”.
Luego, sentarse en un banco cercano y preparar la nota, elaborarla y al día
siguiente verla plasmada en el diario para el que trabajan. Pero, es una
excepción. La mayoría son periodistas de moqueta y café. Traducen lo que les
dicen sus amiguetes del partido político, se transforman en “analistas” y solo
hacen coba para los suyos. En un país en el que se gradúan cientos de periodistas
al año, ver tantos jarrones chinos intocables que cobran dinerales por su
aparición en estas tertulias, invita a pensar en la poca muñeca política de
productores y responsables mediáticos. Cuando se ejerce el poder y la ausencia
de contacto con la calle, con el hecho doméstico y cotidiano, genera una
distancia confortable para el poderoso, pero, -en contrapartida-, también le
hace perder facultades. No saber cuánto vale un café es un ejemplo, que vimos
algunos en vivo y en directo por pare de un presidente. El problema
principal, es no saber que cuando la
gente habla de ti, escupen. Saber, hasta qué punto, estos tertulianos,
ciertamente no sufre ninguna carga de conciencia, se puede observar cuando sus
opiniones, se convierten en cerrados cánones ideológicos, de los cuales no son
capaces de salir. Sino, que son simples portavoces de los poderosos de turno,
ya que esa fluidez comunicativa, solo les permite manejarse en un campo
determinado, el propio. Cuando hablamos de campo, queremos decir que se mueven
casi todo el tiempo en una franja muy definida del espectro informativo y es el
que concierne a defender a su amigo político. Y también al igual que la clase
política, se alejan de la calle y del sentir del ciudadano de a pie, por lo
cual, se retroalimentan solo de sus conexiones con el poder y pierden también
capacidad de transmitir argumentos en los cuales se vean reflejados los
receptores, televidentes o cuota de target publicitario. Se produce una
vulgarización del periodismo.
La información en
Internet está fragmentada o sesgada por las distintas visiones históricas,
políticas, religiosas, económicas, culturales, filosóficas y sociales que se
publican según los criterios de cada autor. Por ese motivo y debido a la fragmentación
de la información se divide mucho más al individuo y a la sociedad generando
más confusión. La interpretación de la información varía según las
circunstancias particulares de cada individuo y colectivo porque ésta es
valorada generalmente en términos del materialismo histórico y el progreso
técnico y económico basados en la supervivencia. Toda concepción histórica
basada en los fenómenos espirituales que atañen a la conciencia del ser humano acaba
siendo relegada en un segundo plano a causa de la lucha por la supervivencia. Internet
es el mayor invento del Capitalismo, en tanto en cuanto la acumulación de
información fortalece constantemente el sistema de dominación. Seguimos igual
de mal, ahora con móviles, Internet y redes sociales millones de niñas y niños
siguen pasando hambre, solo en España más de quince millones de familias
sobreviven sin ningún tipo de ingresos, hacen cola en los comedores sociales o
pasan cada mes por los bancos de alimentos para no morir de inanición. Los
derechos sociales de la clase trabajadora están más pisoteados que nunca, una
Reforma Laboral diseñada a la carta por la Patronal, se despide libremente,
hace contratos basura de horas o días para manipular las cifras del desempleo,
las bandas criminales de la banca junto a la policía del régimen español sacan
a balas de goma y patadas a familias enteras de sus casas, desahucian para
beneficio de la criminal usura, miles de personas se suicidan, más de 35.000 en
los últimos cinco años por motivos económicos, gente desesperada que no aguanta
la presión del terrorismo de estado en forma de hipotecas impagadas,
notificaciones judiciales siempre de parte de la delincuencia de guante blanco,
despidos, abusos de poder y corrupción política generalizada.
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