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domingo, 18 de noviembre de 2018

RENTAS Y TRABAJO



La Renta Básica Universal se presenta, no como una medida única, aislada, sino dentro de una “política económica más amplia”; por ello para comprender el verdadero carácter de la propuesta es preciso ver que tres medidas centran ese programa “más amplio”, y que son los objetivos “a los que la política económica del Estado debería aspirar”.
 Renta Básica Universal, es decir, todo ciudadano tiene derecho a una renta, más allá de sus ingresos reales y de su ubicación en el mercado de trabajo. A esta propuesta, desde la derecha burguesa se responde que se “desincentivaría” la búsqueda activa de trabajo, apoyados en su darwinismo social congénito, “la letra con sangre entra”. Está claro que las consecuencias de este darwinismo social son el empobrecimiento y el aumento exponencial de las desigualdades.
De otro lado, es innegable, desde un punto de vista formal, que la RBU reduciría la presión a la búsqueda de trabajo. El “ejército industrial de reserva” que el capitalismo mantiene para presionar a la baja las condiciones de los trabajador@s  activos, atizando la competencia entre ellos, reduciría su efectividad para la imposición si contara con unos ingresos básicos para la supervivencia. Pero, ¿en realidad se reduce esa presión o favorece a los capitalistas a negociar la rebaja en los salarios?
Entramos de lleno en el terreno de las relaciones sociales de producción. En abstracto, en una sociedad sin clases, sin propietarios de medios de producción y distribución que buscan la optimación de los beneficios, esta propuesta podría permitir avanzar a la sociedad en una distribución justa de la riqueza generada por la sociedad. Pero vivimos en una sociedad donde la sociedad genera una riqueza de la que se apropian los propietarios del capital, los capitalistas. En estas condiciones, la existencia de una RBU lo que les permitiría, y “legitimaria” socialmente, es el pago de salarios más bajos… porque el trabajador@ ya cobraría una RBU, y además no se cuestionarían las reformas laborales impuestas hasta ahora en todo el mundo; solo mitiga sus nefastos efectos, nada más.
El producto del trabajo, y los beneficios que genera, seguirían yendo a los bolsillos del capitalista; mientras la clase trabajadora recibiría de la sociedad, es decir, de lo que todos ellos producen. Se “socializaría” así una parte del salario, que sería abonado a través de la RBU. Porque no se puede olvidar nunca que la riqueza no la genera el capital, sino la parte variable del capital, es decir, la fuerza de trabajo. Solo el trabajo humano genera excedente de valor, y toda la riqueza social se construye alrededor de este excedente, parasitario, especulando,… Si la RBU la paga el estado, se paga con el dinero generado por ese excedente.
El capitalismo tiene una contradicción que es como una herida gangrenada, la relación entre sobreproducción de mercancías y el valor de éstas, que fruto de la capacidad productiva del sistema, cae sistemáticamente, reduciendo los beneficios empresariales…. Esta caída de los beneficios se traduce en un aumento del “ejército industrial de reserva”, del desempleo y la exclusión de cada vez más amplios sectores sociales. Fueron los llamados “estados fallidos”, que pronto se trasladaron a los barrios obreros y populares de las grandes potencias Capitalistas. Los EEUU, Francia, Gran Bretaña, Italia, Estado Español… tienen grandes bolsas de pobreza, que afecta ya a amplios sectores de la clase obrera, a los que el sistema no da la menor oportunidad.
En la decadencia absoluta del capitalismo, cuando todas las medidas que adopta hunden más a la humanidad en la pobreza económica, y la miseria social  y moral, hay que poner sobre la mesa la única salida posible, la transformación socialista de la sociedad.

domingo, 22 de julio de 2018

CASADO O LA ROPA USADA VIEJA



La llegada de Casado a la cúpula del PP tiene que contemplarse como una prueba del miedo generado en la Marca España por el reto del soberanismo democrático. Ha sido la expectativa de desestabilización del statu quo provocado por el auge del procés y el estrepitoso fracaso de las políticas de represión, policiales y jurídicas, lo que ha armado el botón del pánico para esta renovación del pasado. Solo hay que ver la rara unanimidad de muchos medios de comunicación a favor del pretendiente, inoculando una percepción de la realidad a su favor que anulara la primitiva decisión de la afiliación popular por el continuismo marianista en la persona de la ex vicepresidenta del gobierno. Es posible que el trabucazo político e ideológico que ya ha avanzado Casado consiga detraer para Génova 13 efectivos de Ciudadanos y de Vox, sus sangrías más evidentes en los últimos años, dando una impresión de reagrupamiento. Otra cosa es que esas nuevas señas de identidad resulten atractivas a un electorado moderno poco dado a comprometerse con ideales que exhiben la fragancia a ropa vieja usada del tardofranquismo. También existe el país movilizado del 15-M, del 8-M, de los jóvenes del Erasmus, del activismo ciudadano contra los gobiernos que perpetraron los ajustes y recortes que han provocado la actual precariedad vital mientras la corrupción institucional campaba a sus anchas. Dos legitimidades, una anclada en el pasado, “la España de las banderas”, y la otra mirando al futuro por elevación, sin consenso posible. Porque ni geometría asimétrica ni dichos rimbombantes: el centro siempre depende de donde se sitúen los extremos. La elección de Casado implicará una redistribución de espacios, habida cuenta de que la primera fuerza de la oposición se ha movido hacia atrás y a la derecha. Temas como las autonomías, la seguridad ciudadana, la educación concertada, el feminismo, los derechos de la familia, la eutanasia, el aborto, la confesionalidad, la política penitenciaria, la memoria histórica y los guiños a la policía y a la monarquía militarán a partir de ahora en el misal  de sus ancestros.
Tal como nos han dejado el País, donde nuestros mayores se ven afectados. El número de ciudadanos españoles mayores de 65 años que viven en riesgo de pobreza creció en dos años un 17,4 por ciento, pasando de los 928.530 que se registraban en 2014 a los 1.090.774 contabilizados dos años después. Tengo qué  señalar que el umbral sobre riesgo de pobreza estaba situado en 2016 en 8000 euros anuales para los hogares con un sólo miembro, en 12300 para los hogares con dos adultos;  en 15000 si eran dos adultos y un menor; y de 17.200 en el caso de dos adultos y dos menores. Estos datos, según señala la misma información del gobierno, varían de un año a otro ya que se  componen de los ingresos del trabajo por cuenta ajena, beneficios/pérdidas del trabajo por cuenta propia, prestaciones sociales, rentas procedentes de esquemas privados de pensiones no relacionadas con el trabajo, rentas del capital y de la propiedad, transferencias entre otros hogares o ingresos percibidos por menores. El anterior gobierno del PP utilizo la técnica del “embudo” la parte estrecha para el pueblo y demás que no éramos afines a sus ideas. La ancha para todos ellos y sus afines.
Un PP en franca decadencia ha elegido a su nuevo líder para intentar competir con Cs –el recambio preparado por el Capital Conservador,  por el espacio electoral de la reacción monárquica, autoritaria, ultra españolista y neoliberal. Casado, avalado por Aznar y Esperanza Aguirre, quien ha esgrimido un discurso más derechista que el del propio Rajoy. Parafraseando un eslogan del ultraderechista Frente Nacional francés ha dicho que el PP es “el partido de la España que madruga“, que se dirige a la “clase media“: “Somos la España de los autónomos que levantan la persiana y saben que están sacando adelante a sus familias y el país, el partido de los pensionistas ( Qué cara más dura después de años subiendo las pensiones solo el 0,25%) que quieren unas pensiones dignas, de los jóvenes que madrugan para ir a clase, que quieren otra ley de educación”. Ha subrayado que el PP es el abanderado de la honestidad y de la lucha contra la corrupción. Que mire al gobierno de su maestro y luego hable de la lucha contra la corrupción. Este jovenzuelo piensa que los españolitos de a pie no tenemos memoria y no sabemos que el representa a la ROPA VIEJA YA USADA


domingo, 6 de mayo de 2018

HOY LO QUE HAY ES QUE ¡ANDAR!




Décadas de contrarrevolución y paz social han descuartizado al trabajad@r, potenciando los procesos y mecanismos de reproducción capitalista que velan la existencia misma de las clases sociales (sobre todo la del proletariado), desmembrando así la crítica unitaria desarrollada históricamente por esta clase social. La misma totalidad capitalista sobre la que se despliega la realidad que vivimos aparece fragmentada por una serie de ideologías que parcializan cada problema que este sistema genera, buscando una solución particular a cada uno de ellos. Como consecuencia, se alzan movimientos específicos que abordan esos problemas parciales y tratan de resolverlos. Pero no sólo no hay ninguna solución posible a cada problema tomado por separado, sino que además esa fragmentación altera al mismo tiempo el contenido real de esos problemas. Se constituye así la ideología de la opresión del hombre sobre la mujer, la opresión de la raza blanca sobre las demás razas, la destrucción de la naturaleza por el ser humano…, codificando la realidad bajo esos parámetros ideológicos. Al luchar a través de una categoría parcial, los distintos movimientos se sitúan en el plano de grupos específicos que compiten entre sí por un mayor reconocimiento de derechos por parte del Estado. La competencia entre mercancías se expresa políticamente como la competencia entre identidades separadas, todo en beneficio de las políticas “transversales” del valor y su gestión estatal. Se desplaza así la crítica unitaria del capitalismo, crítica que contiene en su seno la denuncia de cada aspecto, no como parcialidad, sino como expresión de una totalidad que determina cada parte y cuestiona el orden social que reproduce todos esos problemas.
El trabajad@r tiene enormes dificultades para actuar y reconocerse como clase. Su mismo ser, así como su rico proceso histórico de lucha y su programa, aparece totalmente negado en la historia, ya sea por deformación u ocultación de esa realidad histórica. La misma dinámica del capital y sus fuerzas ideológicas proyectan una actividad social en la que nuestra clase es negada como sujeto, reducido a lo que es en el proceso de producción y reproducción del capital, y a lo que se pretende que sea eternamente: simple objeto del capital; simple mercancía fuerza de trabajo, que puede usarse o desecharse según las necesidades de la producción; simple espectador del acaecer social. El desarrollo de esta sociedad va íntimamente ligado al desarrollo del individuo aislado. La sociedad mercantil generalizada excluye y disuelve toda comunidad que no sea la comunidad del dinero y desarrolla todo lo que potencia el aislamiento social. Todo lo que une lo une en tanto que separado, esa es la esencia de este mundo, y su modo de vida, la democracia. El efecto que esta realidad provoca en la comunidad humana, destruyendo su ser social, atomizándola en individuos aislados con intereses contrapuestos, es cada vez más terrible. El ciudadano es hoy el ejemplo luminoso de cómo el desarrollo mercantil y el individuo aislado se desarrollan de forma paralela. Este desarrollo no sólo niega brutalmente la comunidad humana, sino que plantea grandes obstáculos a la lucha contra el capitalismo, pues la afirmación de ese individuo va en dirección opuesta al desarrollo y la organización de la única comunidad que se contrapone al capital, la comunidad de lucha, que parte de un ser colectivo, de una clase social revolucionaria, Los trabajadores.
Lo urgente es andar, andar, echar a andar, romper el entumecimiento, reaprender el paso de la protesta activa, y, en ella, readquirir conciencia, método y programa. . La emoción es fuerza, furia, ímpetu de empuje, energía disparada. Ningún movimiento de real alcance histórico pudo ni puede tener lugar sin el concurso de la emoción; las ideas, en cambio, en sí demasiado estáticas y cerebrales, nunca han podido ni pueden, por sí solas, producir movimientos ni cambios generales de un alcance histórico determinado, y, si puede decirse que la acción sin pensamiento es ciega, no menos puede aseverarse con certeza que el pensamiento sin acción es vacío. Que el movimiento, ya despierto después del arranque, enseña por sí mismo, descubre, lleva al pensamiento o facilita su apertura. Descubre, así, la necesidad de la reflexión y la toma de contacto con discursos previos que movieron su energía en el estudio del ser humano y su medio, en el análisis de la marcha de la historia para extraer de él enseñanzas prácticas.


domingo, 22 de abril de 2018

MIEDO AL COLOR

Deberíamos de aprender de la Historia. La ciudad que fue la tumba del fascismo durante 3 años en el siglo XX, este sábado 21 de abril del 2018 se convirtió en la ciudad del miedo donde unos p… guardianes le tuvieron miedo a la camiseta de color amarillo.
Cómo estarían las cosas, que el 6 de noviembre de 1936 el Gobierno de la República decidió trasladarse a Valencia ante el empuje de los sublevados que habían llegado a las puertas de Madrid. Abandonaron en secreto la ciudad a su suerte, porque no veían posibilidad de victoria. Dejaron un escrito al general Miaja, con la indicación de que no lo leyera hasta el día siguiente. Para intentar organizar la resistencia, quedó una Junta de Defensa con representantes de partidos políticos y organizaciones antifascistas. Y el pueblo de Madrid compensó con su entusiasmo y entrega ese golpe a la moral.
La sublevación militar del 17 de julio contra el Gobierno legítimo de la República, que podía haber durado cuarenta y ocho horas, se convirtió en una guerra civil de casi tres años por la resistencia popular al golpe de Estado. Pero un ejército colonial preparado, con ayuda de las potencias fascistas europeas, avanzaron rápidamente hacia la capital. Las columnas del norte y el oeste, fueron detenidas en Somosierra y el Puerto del León por las milicias y las pocas unidades militares fieles. Por el suroeste el rápido y sangriento avance a través de Extremadura y el valle del Tajo, podía haber llegado a las puertas de Madrid a finales del verano de 1936, pero Franco decidió desviarse hacia Toledo en una acción propagandística de “liberar” el Alcázar asediado.  
Las columnas de Varela y Yagüe llegaron a los pueblos más próximos a la capital y al extrarradio (Villaverde, Carabanchel, Cerro de los Ángeles…) Y ahí es cuando el Gobierno de Largo Caballero se marcha de Madrid, porque no creían que la ciudad pudiese aguantase la embestida.
La reacción popular bajo la consigna del “No pasarán”, que popularizó la dirigente comunista Dolores Ibárruri, organizó la resistencia con la ayuda de los pocos militares de carrera que eran fieles a la República, destacando Miaja y Rojo. Se producirá un alistamiento en masa de los obreros y jóvenes de los partidos y sindicatos, se constituye el 5º Regimiento en Francos Rodríguez… La única experiencia militar que unos pocos tenían era el asalto al Cuartel de la Montaña en los primeros días de la sublevación. La mayoría no sabían nada de guerra y tuvieron que hacerla a vida o muerte.
Republicanos, socialistas, anarquistas, comunistas; obreros y estudiantes, campesinos, intelectuales, hombres y mujeres de todas las edades, muchos jóvenes… Al principio las unidades militares se organizan por oficios y, así, albañiles, panaderos, maestros, camareros, costureras, empleados, trabajadores del Canal de Isabel II, etc., irán a los diferentes puntos del frente y a cavar trincheras. Luego vendrán milicianos voluntarios de todos los pueblos de España, la columna anarquista de Durruti, y las primeras brigadas internacionales (el 10 de noviembre al mando de Kléber) que elevaron la moral de la población.
Del 7 al 23 de noviembre, fueron 16 días terribles los que duró la batalla de Madrid. Hubo muchos muertos en el frente de la casa de Campo, Usera, el Puente de los Franceses, Moncloa y la Ciudad Universitaria. También en los bombardeos sobre la población civil que inauguró el ejército franquista. Pero se produjo el milagro: Madrid resistió. Aquello sí que fue empoderamiento popular: las masas llegaron a hacer suya la razón de la esperanza.
Los intentos posteriores de aislar a Madrid con las ofensivas del Jarama y de Guadalajara fracasaron y durante tres años Madrid sí fue la tumba del fascismo. Ciudad mártir, ciudad antifascista, símbolo de la resistencia y ensayo de nuevas tácticas militares como la de convertir a la población civil en rehenes y objetivo de guerra. Aunque asediados por las balas, las bombas, el hambre y las penalidades, su población defendió ferozmente la ciudad porque sabía las consecuencias de su caída: no habría perdón si se rendían.
Madrid que tan bien resistió, fue entregada por la traición de un golpe de Estado interno en 1939, que pretendía negociar la rendición con Franco. La Junta de Casado, Mera y Besteiro, quebraron la estrategia de resistencia de Negrín que estaba convencido de que, más pronto que tarde, estallaría el conflicto europeo y de esta forma se ligaría la suerte de la República Española a la de las democracias europeas. No se equivocaban en el análisis: seis meses después, con la invasión nazi de Polonia el 1 de septiembre de 1939, comenzaría la que sería la Segunda Guerra Mundial. Pero en España ya había llegado la victoria, no la paz.
Ayer Madrid fué la tumba de la tolerancia. La que fué orgullo de mantener a raya a los fasciosos, ayer lloro de vergüenza por la intolerancia.

sábado, 7 de abril de 2018

Establishment


(Conjunto de personas, instituciones y entidades influyentes en la sociedad o en un campo determinado, que procuran mantener y controlar el orden establecido.)

El establishment del Estado español estaría formado por las élites financiera-empresarial, militar, jerarquía católica, universitaria y más media del Estado español, herederos naturales del legado del General Franco que habrían fagocitado todas las esferas de decisión (según se desprende de la lectura del libro “Oligarquía financiera y poder político en España” escrito por el ex-banquero Manuel Puerto Ducet), e iniciado asimismo una deriva totalitaria que habría ya convertido a la seudodemocracia española en rehén del establishment.
El concepto de estabilidad o equilibrio se refiere a un sistema que permanece estable aunque registre un cambio, principio que trasladado a la esfera política se traduciría en la Reforma del Régimen del 78 sin alterar sus principios esenciales (Monárquico, jacobino y neoliberal), tesis que defenderían los partidos del establishment dominante del Estado español (PP y Ciudadanos). En la orilla antónima, encontramos el concepto de cambio cualitativo o discontinuidad que se produce cuando simples cambios cuantitativos pasan a ser otra cosa diferente y el sistema se transforma internamente de modo radical en una nueva realidad que modifica su situación de equilibrio interno y se crea una situación nueva (Nuevo Régimen), tesis defendida tan sólo por Podemos y los grupos independentistas periféricos y que es asociada por el aparato mediático del sistema dominante (más media) con el advenimiento del caos. El actual sistema dominante o establishment de las sociedades occidentales utilizaría la dictadura invisible del consumismo compulsivo de bienes materiales para anular los ideales del individuo primigenio y transformarlo en un ser acrítico, miedoso y conformista que pasará a engrosar ineludiblemente las filas de una sociedad homogénea, uniforme y fácilmente manipulable mediante las técnicas de manipulación de masas. En consecuencia, la estrategia electoral de los partidos del establishment se basará de nuevo en el mantra de la recuperación económica edulcorada con sibilinas promesas de aumento del techo de gasto autonómico, subidas salariales a funcionarios y jubilados así como reducciones fiscales al estar la sociedad española integrada por individuos unidimensionales que no dudarán en primar el “pan y circo” frente al vértigo que suscitan las utopías. Así, tras las próximas elecciones Generales, es previsible la formación de un Gobierno PP-Ciudadanos. Se podría escenificar la metamorfosis del Régimen del 78 y mediante una reforma edulcorada de la actual Constitución vigente, implementar un Estado monárquico, jacobino y eurocéntrico, estaríamos siguiendo esta máxima (“Cambiar todo para que nada cambie”).
El gobierno del PP está en la cuerda floja, como demostraron las movilizaciones de mujeres y pensionistas y estos Pactos quieren garantizar la “paz social”. Pero por mucho que alardeen de “recuperación económica” la verdad es que el gobierno miente, los recortes continúan, el artículo 135 de la Constitución sigue vigente y la deuda se sigue pagando, y esto es lo que manda en el control del gasto público. ¿Quién se fía de un gobierno que durante años cada Consejo de Ministros firma nuevos recortes?
Cuando usted esté leyendo esto quizás se hayan acumulado suficientes eventos nuevos que habrán vuelto a competir por las primeras pantallas. Entre otras cosas, nada ni nadie podrá impedir que, en breve, se descuelguen las espadas que tienen escritas en sus hojas los nombres de Gúrtel/PP y Urdangarin/Monarquía, cuyas sentencias se presumen muy afiladas, quizás sangrantes. A diferencia de la de los años 70 del siglo pasado, en esta ocasión la clase política representativa de un modelo condenado a muerte ofrecerá mucha más resistencia que aquellos miles de cargos de la dictadura franquista, que aceptaron que su tiempo había terminado. Tampoco es de poca importancia el hecho de que hoy no estamos tan seguros de hacia dónde nos dirigimos como lo estuvimos entonces, aunque hoy sabemos lo mucho que nos equivocamos.
En cualquier caso, cada vez es más evidente que España está abocada a una nueva transición, en la que el papel de Europa podría ser, quizás ya lo haya sido, decisivo. Por una vez. Por fin. La manera en que esta humillación total sea digerida por la sociedad española determinará claramente nuestro futuro. A los dirigentes políticos que han protagonizado el 155 y jaleado la justicia represiva española contra los independentistas catalanes les corresponde retirarse inmediatamente de la escena y dejar paso a otros que, además de democráticamente no tan sucios, no nos obliguen a escuchar cómo se desmienten a sí mismos mientras se disfrazan de coherencias imposibles.

sábado, 3 de febrero de 2018

PENSIONES Y LA EVOLUCIÓN DE LA IZQUIERDA

Estas medias impuestas  y propuestas por los economistas asesores del gobierno que son los mismos que prestan sus servicios al IBEX35 (Banca y Oligopolios que viven de los presupuestos generales del Estado) tiene como consecuencia recortes en los estamentos más débiles de nuestra sociedad y hunden el modelo productivo del país. Parece que a ellos no les importa ya que viven de los presupuestos generales de estado y de sus concesiones, sin ningún peligro de pérdidas ya que el estado se las cubre y sus impuestos sobre los beneficios son bajos o sencillamente ninguno. No hablar de aumentar los ingresos les permite reducir salario y cotizaciones o sencillamente reducir directamente las cotizaciones, en todo caso trabajo más barato.  Hablar de reducir el gasto sí que les interesa mayor parte del pastel de los presupuestos generales para sus negocios ligados al Estado.  En España nuestro sistema de pensiones se basa directamente en el fruto del trabajo, las cotizaciones, es decir el salario ya que estas cotizaciones son parte del coste laboral y por tanto parte del salario, lo que llamamos salario diferido.  Es así porque desde la dictadura los impuestos desde los beneficios empresariales casi no han existido, ha sido desde la nómina en donde efectivamente se han recaudado los impuestos para crear y mantener la Seguridad Social, así hemos tenido un sistema que ha dado hasta más 500 mil millones de superávit (la mitad del PIB actual).
En los países que se ha tomado el ajuste de las pensiones como un problema de ingresos y no de gasto, como muchos economistas de nuestro país apoyan, se están dando avances importantes para mantener los sistemas públicos de pensiones y el crecimiento y sostenimiento del sistema productivo, bajando horas de trabajo y disminución de la edad de jubilación. En España la Reforma Laboral ha sido el mecanismo completamente contrario reduciendo los salarios, aumentando la precariedad y reduciendo drásticamente el derecho de los trabajadores en el mercado del trabajo al reducir sus derechos sindicales y de defensa ante la patronal. En otros países europeos que se han enfrentado al problema sobre la base de los ingresos y no del gasto el resultado está siendo distinto. En España es necesario subir los salarios como mínimo a lo que propone la UE de 1.080€ por 14 pagas, como medida de sacar de la zona de exclusión a cientos de miles de familias.
Hoy en el Estado español la izquierda en sentido estricto, es decir,  la izquierda social existe, desunida pero existe. También existen infinidad de núcleos anticapitalistas en diferentes sectores, que van desde los anti-desahucio, el feminismo a las plataformas en defensa de la sanidad y la educación, y que en general se visualizan en las Marchas por la Dignidad. En este bloque social izquierda revolucionaria/colectivos anticapitalistas militan miles –y digo miles- de mujeres y hombres, de adultos y jóvenes. Es la conciencia crítica social como ponen en evidencia, por ejemplo, los medios alternativos que gestionan, algunos de ellos con miles y miles de lectores y lectoras ¿Dónde está el problema? En la catástrofe inorgánica que impera. Desde este bloque social se da la batalla al capitalismo de una manera tan cotidiana como inorgánica, tan permanente como sin estrategia política común. A esto hay que ponerle fin si se quiere que la lucha de esos miles de activistas se pueda aprovechar socialmente, esto es, que no sólo le pongan parches al proceder socialmente abrasivo del sistema sino que su lucha cotidiana pase de un ejercicio voluntarioso de resistencia a una escuela político-social alternativa.
Hay que vertebrar la izquierda social y anticapitalista existente. Es vital tanto para oponerse con más éxito a la explotación y a la alienación cotidianas como para poner en el tablero político la estrategia de conquistar el poder para empezar a construir un mundo sustentado en la justicia social. Entiendo que la mejor manera de vertebrar el proceder social y político de la izquierda social y anticapitalista hoy en el Estado español es crear un Frente de Izquierda Anticapitalista. Su ventaja radicaría en que organiza la lucha social de colectivos revolucionarios y anticapitalistas al mismo tiempo que no los fusiona orgánicamente. El Frente de Izquierda Anticapitalista sería como un Parlamento de la clase trabajadora y los movimientos sociales donde se discute tanto la acción cotidiana como el programa político como la alternativa electoral.
La creación hoy de un Frente de Izquierda Anticapitalista con un programa para enfrentar el capitalismo con el objetivo de derribarlo, se convertiría en una masa gravitatoria que iría atrayendo de forma directamente proporcional al buen quehacer político-social del Frente a buena parte de los militantes sociales existentes y a los que, por generación, están saliendo de la oruga. No se olvide que la realidad se puede transformar ya que nada es eterno bajo el sol.
Seguimos soportando un Sistema tan injusto, irracional, peligroso e irresponsable. De ahí el interés vital que deberíamos tener -todas y todos los que quisimos y seguimos queriendo el “ideario socialista“- en encontrar una respuesta a la cuestión de la sumisión, por ser obvio que el sistema de explotación y dominación no se mantendría sin ella
Deberíamos, pues, tener esto presente y privilegiar la lucha contra el capitalismo a todas las otras luchas… Sobre todo ante aquellas que no lo cuestionan y merman esfuerzos para luchar por lo que es hoy esencial: asegurar la continuidad de la aventura humana. Y no solo por ser obvia la necesidad vital de preservar la vida en el planeta y quizás en el cosmos, sino también la de cambiar nuestro actual modo de vida, fundado en la competición de unos contra otros, desde que la ley del más fuerte instituyó el “derecho de propiedad” a partir de “lo tuyo y lo mío”. Ese egoísmo individualista, motor del capitalismo, que ha permitido la apropiación y concentración del capital y el poder en unas pocas manos, la instauración de la relaciones de explotación y que, además de generar una enorme desigualdad social.
¿Cómo pues no convertir en prioritaria la lucha contra este sistema y no considerar que el dilema sigue siendo “socialismo o barbarie’? Por supuesto un socialismo con libertad, capaz de promover la auto organización, la solidaridad y una conciencia igualitaria y ecológica.

domingo, 14 de enero de 2018

tiempo, vida, politica: QUE MENTIROSO ES EL GOBIERNO

tiempo, vida, politica: QUE MENTIROSO ES EL GOBIERNO

QUE MENTIROSO ES EL GOBIERNO




Se nos sigue asustando con que el Tesoro Público nuevamente en el año 2018 tiene que hacer un préstamo de 15.000 millones de Euros a la Seguridad Social para hacer frente al pago de las pensiones. Recordando que ya hiciera otro de 10.100 millones de euros en el 2017 para hacer frente a la paga extra, y que en el Fondo de Reserva únicamente quedan 8.000 millones por lo que no llegarían. Todo esto es humo, un humo creado por el capitalismo y por la incapacidad y despropósito del Gobierno de cambiar sus políticas, políticas que siguen el camino marcado en 1994 por el Banco Mundial. Haciéndonos creer que nuestro sistema no es sostenible y que únicamente debido al desempleo de los últimos años y la bajada de las cotizaciones hacen que la Seguridad Social se encuentre en números rojos.  Tenemos que recordar que nuestro sistema se caracteriza porque los actuales trabajadores abonan las pensiones actuales, y lo que sobraba “teóricamente” pasaba al Fondo de Reserva. El Sistema de Seguridad Social solo tenía que abonar las Pensiones Contributivas, siendo las asistenciales o no contributivas y los Complementos a Mínimos a cargo de los Presupuestos Generales del Estado, acordado por el Pacto de Toledo en 1995.  Pero esto no ha sido así. Se cuantifica por un Informe de la Intervención General de la Seguridad Social (órgano gestor contable del organismo) que entre los años 1990-2012 las arcas de la Seguridad Social financió los complementos a mínimos, responsabilidad de los Presupuestos Generales del Estado en 72.371, 5 millones de Euros. Todos los gastos corrientes de bienes, servicios, y nóminas que se generan en una Administración siempre van a cargo de los Presupuestos Generales del Estado, a “excepción” de los derivados de la Seguridad Social. En el 2011, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) desvía 14.000 millones de euros de cotizaciones sociales para otros compromisos. 14.000 millones que nunca se devuelven al Fondo de Reserva. Además, de no mencionar por parte del Gobierno nunca , que desde 2008 la SS fue un “ente financiero” de las empresas en crisis, sirvió para mantener operativas empresas con dificultades de solvencia, con aplazamientos da recaudación de las cuotas (empresas en concurso de acreedores, insolventes…) convirtiéndose en un mecanismo de financiamiento, sirviendo para mantener la liquidez necesaria en las empresas y amortiguar las dificultades económicas de buena parte de las mismas, esto tanto en los gobiernos de PSOE como PP. En el 2012 el Partido Popular, no solo no para esas políticas sino que las incrementa indiscriminadamente haciendo uso de las cotizaciones sociales para:
Medidas de estímulo a la contratación, el gobierno lleva a cabo bonificaciones en las cotizaciones empresariales. Solo en el 2016 la SS dejó de ingresar 2.100 millones por reducciones directas de cotización que no fueron compensadas por el Estado y la cantidad supera en 500 millones a la del 2015. Como se conoce la tasa de paro no se modificó lo que demuestra que no sirvió para conseguir su fin que era la incentivación a la contratación, pero si seguir reduciendo los ingresos de la SS.
Y otros como por ejemplo las compensaciones a los afectados por el terremoto de Lorca, víctimas de incendios u otras catástrofes naturales… otros fines que nada tienen que ver con abonar prestaciones contributivas de la Seguridad Social.
Si los Gobiernos de turno, no hubieran hecho un mal uso del dinero procedente de las cotizaciones sociales podríamos estar hablando de que el Fondo de Reserva tendría que tener alredor de medio billón de € y no los 8.095 millones actuales.
El Estado, los Presupuestos Generales del Estado y el Ministerio de Hacienda no están haciendo un préstamo a la Seguridad Social para hacer frente a sus pensiones. Están a devolver unas cuantías que ya pertenecían por derecho al propio Sistema de Seguridad Social.
La  Seguridad Social, no solo es sostenible sino que además es el mayor pilar del Estado de Bienestar, y que reformas como las del 2011 y 2013 ponen en gran riesgo y perjudican mayoritariamente a todas las generaciones que en un futuro próximo o más lejano tengan la necesidad y/o el derecho de acceder a alguna de las prestaciones del sistema.
En un país donde el empobrecimiento de la mayoría es cada vez mayor, donde los servicios públicos son cada vez de peor calidad, debido a la infrafinanciación de dichos servicios, donde la gente muere esperando las ayudas de dependencia, donde los pensionistas pierden capacidad económica año tras año, donde la empresas energéticas hacen negocio de las necesidades de la gente, y como contrapeso, tenemos infinidad de casos de corrupción, donde se regala a la banca sesenta mil millones de euros, donde las élites políticas y económicas se reparten pingües beneficios a costa de sembrar miseria, donde el partido que gobierna está acusado de financiación ilegal y un Presidente del Gobierno acusado de cobrar dinero “en negro”, es evidente que los ciudadanos corrientes no pueden estar muy contentos de cómo son redistribuidos sus tributos. El coste de la corrupción es de 90.000 millones de euros al año según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, nos podemos imaginar cuantos recortes hubieran sido necesarios si el Estado hubiera contado con 90.000 millones más en su presupuesto cada año, ninguno. Los recortes en sanidad, educación, recortes laborales, etc., hubieran sido innecesarios, las arcas estarían saneadas, pero claro, algunos serían un poquito menos ricos.
Todos los días oímos decir a nuestros gobernantes que España es un gran país. Llevan razón en eso,  pero, ay, la riqueza del gran país  está en manos de los ricos y de sus señorías sirvientes. Los demás sobrevivimos o malvivimos sin que nadie meta mano a sus paraísos fiscales, impida sus amnistías fiscales, impida su corrupción y recupere todo ese dinero que no pretenden devolvernos. Con eso seríamos un gran país de verdad, los banqueros españoles nos deben y no nos devuelven por la cara y sin que se les obligue por el gobierno que les prestó en nombre de los españoles, la friolera de casi 43 mil millones, ayuda que se nos impuso para sacarles de su crisis a cambio de la nuestra.
Se confirma que la inversión pública en Sanidad del año próximo bajará por primera vez del 6% del PIB. Deberá conformarse con un 5,8% de la riqueza nacional. También Educación sufrirá recortes y una partida que bate mínimo histórico a la baja: pasará del 4% de este año al 3,8%.
Con el Plan Presupuestario para 2018 que el Ministerio de Hacienda ha enviado a Bruselas el Gobierno ratifica las previsiones conocidas la pasada primavera con la actualización del programa de estabilidad 2017-2020. Sin embargo, las previsiones para Sanidad y Educación se cumplieron ligeramente a la alta en 2017 y no llegaron a descender de las líneas simbólicas del 6% y el 4% de gasto sobre el PIB.
España destinó a su sistema público de sanidad un 6,47% del PIB en 2011. Desde entonces el peso de la partida no ha hecho sino reducirse, y el plan de estabilidad de mayo proyectaba más disminución progresiva hasta el 5,57% en 2020.
La Educación, por su parte, contaba al inicio de esta década con el 4,4% de la riqueza nacional, frente al 3,8% previsto para el próximo año y a la previsión del 2020, que baja hasta el 3,67%.


















Quebrar el sistema público de Seguridad Social tiene un objetivo para nada escondido: mercantilizar y entregar a los mercados privados (banqueros y aseguradoras) el 45% de la partida del gasto social que actualmente se dedica a las pensiones públicas. Los privilegiados: mercados, empresarios, ejecutivos, capital, se desligan de la obligación de cumplir con el principio de solidaridad, no contribuyendo a la caja común por medio de mecanismos de elusión fiscal que el sistema “legal” les permite.
El empobrecimiento de las personas pensionistas actuales (9 millones de pensiones) se refleja en que, más de 5 millones perciben una pensión menor del SMI, y con la NO subida de las pensiones según el coste de vida -cuando no la congelación- y la bajada en origen de la pensión para todas las personas que se jubilen a partir del 2019, nos encontraremos en un futuro-presente donde la desigualdad y el empobrecimiento serán las señas de identidad para la mayoría de la población.

Ya es hora que el pueblo español despierte, no creyéndose para nada las mentiras de este gobierno.