Translate

Entradas populares

Powered By Blogger
Powered By Blogger

martes, 18 de mayo de 2010

RENDICIÓN

Los fantasmas del pasado vuelve a la carga contra la clase trabajadora, ante el anuncio de la Reforma Laboral, propuesta por el Presidente del Gobierno del Estado Español, los empresarios recogen el guante para proponer unas series de medidas que recuerda la etapa mas oscura de la España profunda.
La patronal CEOE quiere aprovechar la situación de falta de liquidez o problemas con la morosidad que atraviesan muchas empresas como una consecuencia más de la recesión, para pedir al Gobierno y a los sindicatos que ésta sea una causa más para el despido colectivo por causas objetivas. Es decir, con una indemnización de veinte días por año de trabajo, hasta una cuantía máxima equivalente a un año de salario, los empresarios quieren que, entre otras causas, sea motivo de despido colectivo por causas económicas “la falta de liquidez como consecuencia de la morosidad o impagos de clientes, o por cualquier otro motivo que dificulte seriamente a la empresa hacer frente a sus obligaciones”. La CEOE quiere poder despedir por faltar ocho días justificados en dos meses. Con estas y otras propuestas, la patronal trata de definir las causas económicas del despido por causas objetivas en los tribunales, para intentar frenar que la indemnización no termine disparándose, por su improcedencia, hasta los 45 días por año de trabajo, con una cuantía salarial máxima de tres años y medio. De forma complementaria con el despido, CEOE sí está dispuesta a aceptar que el Fondo de Garantía Salarial (Fogasa) pague, en los expedientes colectivos, hasta el 40% de la indemnización de los trabajadores en todas las empresas, y no sólo para las de menos de 25 trabajadores.
La rendición es en realidad, la bandera blanca que no ha dejado de agitarse casi desde el mismo arranque de esta crisis. Pero los mercados quieren más. Lo quieren todo. Bajo las cifras confusas y torrenciales de la última hora económica subyace una profunda crisis política, en la que el poder de los mercados está corroyendo hasta los cimientos las instituciones de la soberanía popular. La lucha es entre capitalismo y democracia, y es el capitalismo el que ha optado por una batalla sin treguas ni prisioneros.