No
seré yo quien diga que formo parte de una organización perfecta,
sin nada que mejorar. Y tampoco he sido de quienes han ocultado sus
posiciones al respecto ni quien exprese mis opiniones de forma
anónima para protegerme de las críticas. Por supuesto que no, pero
hay algo que está por encima de cualquier estrategia personal o
colectiva, o de cualquier aspiración; y es la lealtad a los
compañer@s y con los que cada día debatimos, repartimos octavillas,
pegamos carteles y nos dejamos lo mejor de nuestra vida por una
causa.
Los
líderes son líderes cuando son puestos ahí por quienes les ceden
de manera voluntaria la representatividad colectiva de manera
temporal (o permanente en los casos excepcionales en que se
convierten en iconos). Del debate y la lucha diaria, y siempre que
los procesos sean democráticos y abiertos, es como surgen los
líderes legítimos, de la misma manera en que también podrán ser
depuestos.
Se
entenderá, por tanto, que en un momento de conflicto social agudo y
con procesos electorales a la vuelta de la esquina, haya que ser
extremadamente riguroso con los procesos democráticos internos
dentro de las organizaciones en las que militamos, debatimos y
llegamos a conclusiones colectivas, sobretodo para evitar ser
víctimas de interferencias externas interesadas, normalmente
apoyadas por medios de comunicación al servicio del poder y que
tienen el sagrado deber de salvaguardar el criminal sistema económico
imperante.
Por
eso, si lo que queremos es darle un sentido revolucionario a las
protestas y no queremos limitarnos únicamente a una serie de gestos
populistas o a un mero proceso electoral, tenemos una obligación
ineludible si no queremos convertirnos en charlatanes: crear
organización y darle una orientación revolucionaria. Los procesos
democráticos de abajo a arriba, la lealtad a compañer@s, la
construcción de estructuras de contrapoder haciendo confluir a los
movimientos, y huir de salvadores iluminad@s , esto puede garantizar
el éxito y la buena marcha del movimiento de los trabajadores por
la conquista del poder, para que nuestros mayores no se vean, como se
estan viendo por una falta de politica social.
Más
de la mitad (el 54 por ciento) de las personas mayores que atiende
Cruz Roja Española a través de sus programas de ayuda sufre la
llamada "pobreza energética", que significa que no pueden
acceder a los "servicios mínimos de energía" para, entre
otras cosas, mantener la temperatura de sus hogares a un nivel
"adecuado para la salud", según ha explicado la
organización. De hecho, el 33 por ciento de las personas de este
colectivo asegura que no puede encender la calefacción en invierno y
el 12,7 por ciento afirma además que no llega a fin de mes.
Sin
embargo, un tercio de ellos afirma que, en 2013, ha tenido que ayudar
económicamente a sus hijos y nietos; un porcentaje que, a juicio de
la organización, es "muy significativo" teniendo en cuenta
que más de la mitad de los mayores atendidos por Cruz Roja vive por
debajo del umbral de la pobreza".
La
"pobreza energética", que afecta al 38 por ciento de las
personas que atiende la organización al 15 por ciento del conjunto
de la población, según datos de la Asociación de Ciencias
Ambientales, se agrava durante los meses de invierno y puede provocar
complicaciones para la salud de quienes la sufren, que se ven en un
estado de "frío y humedad permanente dentro de su hogar".
Además,
entre las personas mayores la exposición continuada a malas
condiciones de temperatura puede provocar "serios problemas
respiratorios como asma o bronquitis" y "es una causa del
aumento de la mortalidad causada por enfermedades cardiovasculares
entre las personas con más de 60 años", que se produce durante
los meses de invierno, según ha indicado la organización. Los
represores de hoy van empujándonos lentamente hacia las arenas
movedizas del miedo a perder un falso estado del bienestar, un
utópico holograma que han ido formando, zanahoria que nos engaña y
nos obliga a seguir produciendo, a seguir debiéndole la esperanza y
el aliento al capital. Mentira a mentira. Mentira esa miseria de
libertad que nos permiten, rota y asesinada por códigos penales
reformados por la supuesta necesidad que los que nos reprimen se
inventan para que no osemos levantar la vista.
Es ahi donde los trabajadores codo con codo han de luchar para poder
cambiar la sociedad.