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lunes, 5 de julio de 2010

CAMBIO SOCIAL

El cambio social se produce cuando se dan, por orden de importancia, estos cuatro factores principales: necesidad, conciencia de dicha necesidad, conciencia de la posibilidad de cambiar y estrategias que lleven a cabo los cambios. Las estrategias son implementadas por organizaciones políticas capaces de liderar y coordinar los cambios. Sin estrategia no hay revolución y sin organización no hay estrategia. Si no se dan todos esos factores en cuantía suficiente, entonces el cambio es muy poco probable, por no decir imposible. Aquí tenemos necesidad de cambio y cierta conciencia de la posibilidad de avanzar de forma concreta y a corto plazo.

Cuando uno debate con gente de su entorno, que no conoce suficientemente la prensa alternativa, siempre se suele encontrar con el mismo tipo de argumentos, a saber: “las cosas siempre han sido así y siempre seguirán siendo así”, “no es posible otro sistema”, “la gente no quiere cambiar”, “en cuanto se da un poco de libertad a la gente ésta no sabe utilizarla”, etc. No es por casualidad que la mayoría de nuestros conciudadanos piense así. Es precisamente de lo que se trata. De evitar que piense de otra manera. El pensamiento único, el estoicismo, la inconciencia, la falsa conciencia, los prejuicios, la banalización, la simplificación, la superficialidad, la desinformación, entre otras, son las armas de quienes controlan el sistema e intentan a toda costa evitar los cambios que pongan en peligro su statu quo. El dominio ideológico de la derecha es absoluto. Las élites controlan la educación, los medios de comunicación, el Estado, el sistema político, la economía, es decir, controlan la sociedad. Una de las mejores formas de combatir el cambio es impregnando en las mentes de las personas la idea de que no es necesario, o por lo menos de que no es posible. Lo primero de todo, es concienciar a nuestros conciudadanos de que otro sistema es necesario y posible. Cada vez la gente tiene más claro que es necesario. Pero, sin embargo, la gente aun admitiendo que sea necesario, siempre se topa con el mismo obstáculo: ¿Qué alternativas hay? La alternativa es más y mejor democracia. La alternativa es la verdadera democracia.

La aparente libertad política del capitalismo protege un totalitarismo aún más demoledor y eficaz: la dictadura económica. El capitalismo se sustenta en el dominio del capital. Las empresas funcionan de forma totalitaria. Los trabajadores sólo pueden obedecer las órdenes que vienen de arriba. Sólo la lucha obrera ha puesto límites al dominio del capital. No por casualidad cuando la conciencia de la clase trabajadora está por los suelos, cuando la lucha obrera es casi sólo un recuerdo del pasado, se producen retrocesos en derechos laborales. Cuando la iniciativa la lleva el capital, como así ocurre en la actualidad, las empresas funcionan de forma cada vez más dictatorial. Una sociedad no puede ser libre, si en la economía, en el motor de la sociedad, no existe libertad, o si ésta es muy escasa.