¿Que le pasa a los
partidos que se abren a la izquierda del PSOE? ¿cómo
es posible que estos partidos sigan pretendiendo posible producir un
cambio de sistema a través de su participación en la
institucionalidad vigente? Pues, aunque sea un Frente político
electoral de izquierdas para luchar “contra
los recortes y la abolición de las leyes austericidas”,un
tal Frente ni siquiera puede aspirar a representar un cuarto del
electorado. O sea que su participación quedaría reducida a una
lucha puramente testimonial e in
fine su
presencia en las instituciones sólo serviría para legitimar las
políticas autericidas de los gobiernos conservadores, como ha sido
hasta ahora.
Otra
cosa muy distinta sería si ese Frente optara por agudizar las
contradicciones del sistema y potenciar la lucha de clases en las
calles y en los centros de trabajo; pues es allí donde son más
visibles tales contradicciones y la relación de fuerzas puede ser
más favorable para los que las padecen. Si en vez de dividirles con
tantas propuestas e incitarles a la simple adehesion y espera se
abren de más en más frentes de lucha contra el sistema y se
potencian los que están ya abiertos para mantener viva la
indignación y crear las condiciones de la rebelión.
El
odio entre lenguas y culturas jamás será capaz de construir puentes
– seculares, esto es, políticos – de diálogo y reconocimiento
mutuo. Jamás reconocerá al otro como
un ser humano. La irracional voluntad de poder y homogeneización
cultural del colonizador no es menos irracional que el rencor
identitario del colonizado, con sus políticas de la venganza
consecuentes. Hace tiempo que estoy convencido de la necesidad de
caminar, sin miedo, y con persistente terquedad moral y cívica,
hacia una visión de unidad de las izquierdas, independientemente de
las siglas o las distintas lenguas que se hable dentro de cada
organización.
La
violencia del capitalismo de Estado se realiza en un ambiente
ideológico dominado por los principios doctrinales del
neoliberalismo, apoyándose siempre en la famosa frase de la Sra.
Thatcher de que “no hay alternativa”. Se trata de una expresión
de determinismo económico que se torna incluso ridícula cuando
vemos la realidad histórica que tratan de describir estos
pretendidos instrumentos científicos. Ya he escrito en varias
ocasiones que este espectacular aparato ideológico se parece
estrechamente al mundo intelectual católico fundado en la
escolástica tomista que dominó por muchos siglos la economía
feudal europea y que disponía de enormes poderes estatales y
religiosos para torturar e incluso condenar a muerte a los “herejes”,
representantes de la nueva onda filosófica y científica liderada
por las burguesías en expansión material y financiera. Se tiene
que tener muy claro que el reino del capital financiero no tiene nada
que ver con la fantasía ideológica “neoliberal” que pretende
establecer el equilibrio fiscal, monetario y cambiario a través del
“libre mercado”. El mundo nunca ha vivido desequilibrios tan
colosales como en esta nueva fase de dirección de las finanzas y de
las políticas macroeconómicas. Cuando el trabajador en su vivir
cotidiano se enfrenta a unas medidas económicas ya no solo dictadas
por el Gobierno, si no que vienen impuestas más allá de la
fronteras del estado al cual pertenece. No tiene opción. ¿O si la
tiene? “La lucha de clases” es una de ellas otra seria votar en
las próximas elecciones Generales a la Izquierda, pero a ¿que
izquierda? Lo coherente seria que todo el abanico de la izquierda se
presentase unido. Esto realmente es lo que el pueblo llano quiere.
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