A
la salida de este dissabte empezaran
pueblo las fiestas patronales, no hay cosa que me gustaría mas que
mirar el futuro próximo con optimismo, pero la cruda realidad de lo
que no esta pasando en el Estado Español me dirigen mi mirada
critica, la
juventud
El
75% de los profesionales españoles piensa que los países con más
oportunidades se
encuentran en Europa, especialmente en Alemania, donde el 48% de los
encuestados cree que es el país oportunidades. Francia (7%) e
Inglaterra (6%) son los otros dos países europeos preferidos.
En
65% de los profesionales españoles de entre 18 y 24 años estaría
dispuesto a cambiar de país por un puesto de trabajo, once puntos
porcentuales más que en 2011
Ante esta disyuntiva que nos encontramos se impone unos planes
nuevos de actuación. Evidentemente
no parece posible un lenguaje que sirva a la creación de una
sociedad radicalmente distinta si ese lenguaje no posee un nivel
eminente de libertad. Lo que ha de cuidarse convenientemente es esa
libertad. Una libertad capaz de ampliar rotundamente sus límites a
fin de hacer de la democracia un ámbito general e igualitario. Un
ámbito real. Una libertad que informe todos los aspectos de la
existencia individual y que, por tanto, ha de ser protegida por la
colectividad en pleno. La colectividad en pleno, como sujeto social,
cultural y económico, ha de declarar bienes no apropiables por los
individuos como tales todos aquellos que se caractericen por
constituir la infraestructura de los pueblos y de sus libertades: las
riquezas naturales, la tierra, las energías, las materias
estratégicas o de alto y reconocido contenido social, como la
enseñanza, la sanidad, el gran transporte y sus redes, es una de las
maneras de donde el estado daría trabajo a estas personas abocada a
la miseria que ven como única alternativa a sus problemas la salida
al exterior, diseñando la
política como un ejercicio básico y cotidiano de los ciudadanos, lo
que exige su reducción a un ámbito de cercanías, evitando la
globalización que convierte en caricatura la soberanía de los
ciudadanos.
Lo
que nunca se debería de haber hecho es una serie de recortes en las
prestaciones públicas, el desmontaje de recursos públicos
destinados a los sectores sociales más débiles, un proceso de
privatizaciones sin fin, incluyendo el adelgazamiento del sector
público y la eliminación de empresas públicas, el incremento de
los impuestos al consumo (IVA), de los impuestos indirectos, el pago
prioritario de los intereses de una deuda pública que ya nos ahoga,
las ayudas multimillonarias a la banca, el aumento y la creación de
una serie de tasas y precios públicos aplicados a los servicios que
eran gratuitos (como la Justicia), la prioridad en los gastos de
Defensa, la asfixia económica de las Comunidades Autónomas, con
unas propuestas de reducción de déficit público que no permitan
sufragar los servicios públicos que se prestan a la ciudadanía, la
Sanidad Pública, es el que nos lleva a un desmontaje progresivo de
sus características de igualdad, gratuidad y universalidad, para
convertirlo en un sistema recortado, privatizado y excluyente, sobre
todo de las personas inmigrantes.
La
España que conocíamos ha muerto, la España de las igualdades, la
de las oportunidades, la de la Justicia, la de la Sanidad, la de la
Educación, estos conceptos han muertos en esta España que habitamos
hoy en día, la España más que vivir mal vivimos. Si queremos
construir un futuro para nuestros descendientes a todos estos
conceptos de desigualdades les tenemos que aplicar primero una mirada
critica para poder situarnos y darle “La vuelta como a un
Calcetín”.
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