No
es fácil motivar a un pueblo desmotivado. No es fácil pedirle
responsabilidad a un pueblo que se acostumbró a vivir según lo
establecido, a acatar lo que le mandasen. Porque esa fue durante
cuarenta años la realidad del pueblo español desde aquel triste
abril de 1939. Quienes sobrevivieron al genocidio fascista sabían
que no tenían que destacarse en nada. Que el enemigo era peligroso y
que acechaba en todas las esquinas. Luego había que ser pacíficos
hasta el extremo de ser irresponsables. Y así se hizo. Así vivió
este pueblo sometido y eso fue lo que transmitió a sus hijos la
mayor parte de la población: irresponsabilidad; indiferencia; “dame
pan y dime tonto”.
Rehuir
la verdad y escuchar la adulación no es exclusivo de España. Hitler
se metió en el bolsillo al pueblo alemán diciéndole que procedían
de una raza superior, que eran los mejores del mundo, los más
inteligentes, los más trabajadores, los más combativos... Aquí se
hizo algo parecido. Si en tiempos de la dictadura éramos la reserva
espiritual de Europa (todavía hay quienes lo creen), ya en
democracia pasamos de repente a formar parte de los países más
ricos y avanzados del mundo. Y además campeones en todo o casi todo:
en fútbol, en motos, en ballet acuático, en lo que fuere que nos
llenase de orgullo patrio. ¡Viva los deportistas españoles!,que con
sus triunfos nos llenan los estomagos.
No
es tarea fácil salir a la calle a denunciar lo que no anda por buen
camino. Requiere coraje y tener ganas. Y aun más cuando lo
denunciable es lo contrario de lo que quiere oír el pueblo. Entre
escuchar a alguien que dice que nos están engañando, que nos van a
arruinar la vida, o escuchar a quienes dicen que “España va bien”,
la gente no lo piensa ni un instante. Le cierra la puerta al pájaro
de mal agüero y se queda con el mentiroso complaciente.
Es bien sabido que
entrar en el juego legal es enfrentarse a alguien que juega con
barajas marcadas. La única posibilidad que hay de ganarle la partida
pasa por descubrirle las trampas. Denunciar todas las mentiras del
gobierno de turno, poner al descubierto todas sus martingalas de
forma que se entere el pueblo es lo que debiera haber hecho, hizo muy
pocas cosas de el total que deberian de haber hecho y alguan voto
como si hubiera votado la derecha (cuando se pidio la dación en
pago, para las hipotecas) esta izquierda acomodada en el arco
parlamentario, arrellanada en la butaca del escaño correspondiente,
haciendo de vez en cuando para su lucimiento verbal unos discurso muy
bien estructurado desde la filosofia de la izquierda, para no enfadar
a los poderes ocultos en la sombra, se autonombro progresistas.
Porque
el hemiciclo parlamentario era una imagen que no estaba en la mente
de un pueblo que había crecido bajo una dictadura, pero en la
calle... La izquierda ha salido a la calle a pegar carteles en época
de campaña electoral, como han hecho todos los partidos, pero ha
brillado por su ausencia el resto del año. ¿De qué ha servido
hasta el día de hoy esa izquierda parlamentaria? ¿Y de qué sirven
también esos sindicatos que no dan más señales de vida que las
precisas para mantener su estatus quo?¡Harto está el pueblo de
tanto inmovilismo!.
Hoy
hace más falta que nunca una izquierda que este al lado del pueblo,
que sea capaz de revertir las injusticias a las que se ha visto
sometidos, que el arco parlamentario de donde se emanen unas leyes
por y para el pueblo, con un amplio sentido de justicia e equidad,
que el pueblo llano se sienta representados y amparados por los
“padres de la patria”, no cono la sensación de hoy en día, que
se siente huerfano. Sitiendose hoy el pueblo como el niño abandonado
en la puerta de la inclusa. El pueblo sale a la calle a mostrar su
rechazo ante una politica vetusta y el gobierno de turno,
refugiandose en una mayoria parlamentaria, le hace tanto caso como el
que oye llover, mayoria que hoy no es representativa. Los dirigentes
de la izquierda, salen con el pueblo que protesta ante tanta
injusticia, si fuera el caso que llegaran a gobernar, tienen que
tener las mismas actitudes que tien hoy en día para el pueblo, que
no se olviden nunca que estan para servir al pueblo que es el que lo
eligio como sus representantes, por medio de un pregrama politico,
que nunca se tiene que quedar en papel mojado, es de obligado
cumplimiento si resultan elegidos.
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