El
otro día un amigo mio me comentaba, la falta de lideres que tenia la
izquierda en Benicarló, para poderse hacer con el consistorio y
desbancar a los actuales inquilinos. Yo difiero del mismo en cuanto
al líder, pienso que un buen equipo de trabajo, dividido en dos
subgrupos, uno el equipo que va a formar los concejales y otro
dentro del partido en contacto diario con el pueblo, siendo los dos
lo mismo en una bicefallia, que va hacia una meta común que es el
triunfo de unas políticas sociales hasta este momento totalmente
desconocidas en nuestra ciudad
Desde
el primer día del nuevo mandato el alcalde o alcaldesa debe tener
muy presente que en cuatro años optará a la reelección por lo que
deberá mantener abiertos todos los canales de comunicación
con
quien le ha llevado al poder; el electorado. Si por el contrario se
es oposición y aspiramos como partido a ocupar el sillón de la
alcaldía, también nos deberemos aplicar el cuento.
los
de llegar a la misma campaña electoral sin haber sabido comunicar
bien el trabajo realizado en los últimos años de gobierno o de
oposición, o coincidir las elecciones con una crisis política local
del partido, o que la campaña electoral llegue de repente y haga
despertar a nuestro candidat@ y a su grupo de trabajo a la
reelección de una larga siesta y sin los deberes hechos, o que éste
o éstos solo tenga oídos para sus aduladores y desoiga las
demandas ciudadanas, etcétera…no solo van a suponer una sonada
derrota, sino que cerrará las puertas de la alcaldía durante muchos
años a nuestro partido político.
La
victoria
será más fácil si dedicamos parte de nuestro tiempo a ganar la
próxima campaña electoral día a día y desde el mismo momento que
asumimos la alcaldía o el liderazgo de la oposición, para ello
debemos atender dos grandes colectivos; los que nos votaron, con los
que deberemos mantener una estrecha relación, ser merecedores de su
confianza y conservar su lealtad, y los que votaron a nuestros
adversarios, a los que nos acercaremos para conocernos y escucharnos
mutuamente con el fin de atraer a nuestra causa una buena parte de
ellos, con lo que
lograremos
un doble objetivo; fortalecer nuestra posición y debilitar a
nuestros competidores. Esta fórmula que consiste en lograr retener
entre el 90% y 95% de nuestros votantes al tiempo que provocamos que
nuestro rivales no supere el 85% de lealtades nos asegura la
victoria. Y nadie está hablando de renunciar a nuestros principios
ideológicos.
Es necesario haber obtenido sobre
la percepción que tienen los ciudadanos de la gestión municipal
desarrollada y de las necesidades y aspiraciones de los electores no
atendidas por el gobierno local. Estos datos, tanto a nivel global
como segmentado, serán imprescindibles para guiar nuestra acción
política desde este mismo momento. Conoceremos en qué franjas
contamos con más apoyos y en cuáles el adversario es más fuerte,
así como sabremos dónde se concentran los indecisos y los que
inicialmente optan por la abstención.
Claro que para todo esto hace falta un equipo de trabajo, trabajando
codo con codo con los aspirantes a las concejalias y con el aspirante
a la alcaldía y no olvidando una regla de oro, la campaña electoral
empieza al día siguiente de ganar o perder las elecciones oyendo al
pueblo en sus demandas.
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