Si Markel logró imponer su dogma, su irracionalidad y su
egoísmo… ¿qué ha cambiado? Nada. La deuda griega sigue siendo impagable, como
es impagable la deuda que arrastran otros países de Europa. De aquí a seis
meses España no podrá pagar las pensiones a sus jubilados. Italia sufre,
Francia resopla, Irlanda y Portugal se asfixian, Chipre muere. Ese es el éxito
de Alemania, que emprende alegremente la tercera destrucción de Europa.
Según Ludovic Lamant, enviado especial de
Mediapart (sitio independiente de noticias y de prensa de investigación) “El
Consejo Europeo es una caja negra. Las discusiones de los jefes de Estado y de
gobierno son un ritual secreto, al abrigo de las miradas. A penas dejan entrar
algunos fotógrafos muy seleccionados para hacer algunas imágenes a la apertura
de la Cumbre de Bruselas, para hacerse una idea del ambiente que reina en la
gran sala del Justus Lipsius (el edificio del Consejo, bautizado con el nombre
de quién preconizó una forma de estoicismo en el siglo XVI). Y durante esos
minutos, los dirigentes sonríen como pueden”. No tengo que explicar que se puede ser de
“izquierda” y traicionar a tu clase. Hasta los mentalmente menos habilitados
irán viendo hasta qué punto venden a la clase trabajadora los “empoderadores” y
“salvaciudadanos” al capital al que sirven con cada vez menos disimulo. En
tiempos de caos, tener conciencia de ser clase trabajadora, de izquierdas,
partidarios de decir no al abuso de la Unión Europea del capital y de los
demonios que nos acechan, supone aceptar la posibilidad de que Europa esté
muriendo, rechazar no sólo su moneda sino a la propia UE y atreverse a pensar y
a trabajar por escenarios realmente distintos al devastador paisaje que hoy se
impone a nuestros ojos y ahora de lo que se trata es de retratarse, de
dar la cara y de que todos sepamos hasta qué punto es coherente el discurso del
no pero sí, del don “dieguismo”, de un paso adelante y dos atrás, de la
claudicación envuelta en falsa dignidad para, finalmente, quedar al descubierto
las contradicciones más indecentes del oportunismo reformista en su viaje a
ninguna parte. El relato sobre la
“Europa de los pueblos” fue demolido por Bruselas y Berlín. Se está ante el fin
del Estado del bienestar, pero también ante una crisis de la democracia
representativa, ya que las mayorías se quedan sin voz. Esa Europa que se
reivindica demócrata está acabando con la democracia de los pueblos, para
imponer la economía de los mercados como nueva forma de ordenación política. No
se crean Uds. Que una
vez acabado el problema de Grecia se quedara ahí la cosa, inmediatamente después
le seguiremos nosotros, en porcentaje del PIB, la deuda asciende al 144,1%, lo que
supone 46,4 puntos más que la cifra oficial y 14,6 puntos más que al cierre del
año anterior. De hecho, la cifra sin maquillar ha crecido mucho más que la
oficial. No hay la menor duda después de la caída de Grecia, los siguientes
en caer en el rescate va a ser el Estado Español, pues una deuda de más del 90% del producto
interior bruto (PIB) es imposible pagarla.
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